La fiesta de las tricampeonas hacía su acto de presencia en el Johan, con la afición, y esta vez, con más invitados al feudo blaugrana. Era la mañana ideal para probar nuevas ideas y para disfrutar. Al otro lado, un Madrid CFF al que se enfrentaron hace unos días, en las semifinales de la Copa de la Reina. No lo pusieron nada fácil las madrileñas en un encuentro en el que se adelantaron dos veces en el marcador, y en el que premió la efectividad.

A los nueve segundos de partido, Priscila daría ventaja al conjunto visitante tras un error de la meta Gemma, hoy en sustitución de Sandra Paños. No hubo entendimiento entre Leila, que dejó un pase atrás, forzando a la portera a despejar erróneamente, convirtiendo así el 0-1 de forma prematura. La maquinaria blaugrana iba calibrando, y a pesar de no haber visto tantas caras nuevas de inicio, iba a ser la canterana Bruna Vilamala la que, tras un pase en profundidad de Alexia, pondría equilibraba las tablas. Control magistral de forma orientada con la zurda, y cruzándola a la derecha de la meta rival. El primer tiempo era un vuelo de ida y vuelta, y tanto azulgranas como madrileñas no se sentían nada cómodas sobre el verde. Oshoala, que tuvo varias ocasiones claras de gol, erró también en la salida de un córner en contra, permitiéndole rematar a la central Ohale sin ningún tipo de oposición (1-2).

Celebración tras el gol de Bruna. Fuente: FCB

La segunda parte, con el marcador en contra, era momento para cambios. La carga de minutos se notaba, y Lluís Cortés comenzó a mover el banquillo con la entrada de Codina, Patri y Crnogorcevic. Pero antes, el Barça se recompuso y comenzó a dominar el partido hasta poner de nuevo el empate en el Johan tras un tanto de Marta Torrejón. Patri comenzó a llevar la batuta en el centro del campo y a marcar la diferencia. Tras una jugada rocambolesca, desde la frontal del área y asemejando a Marta, chutaría con una volea imparable que adelantaría a las culés por primera vez en el partido. Con este gol y la mínima reacción del Madrid CFF, se acabaría el partido, dejando así un Johan Cruyff invicto a falta de dos encuentros para finalizar el campeonato.