La lluvia fue la principal protagonista en la previa del regreso del Barça a la máxima competición europea. El Johan Cruyff presentaba un aspecto vacío y frío, hecho totalmente atípico en el fortín azulgrana. Para el tercero de los seis compromisos en este cargado mes de noviembre, Pere Romeu decidió repetir la titularidad de Cata, Ona, Aitana, Pina y Pajor tras la victoria ante el Atlético de Madrid el pasado sábado. Engen y Marta formaron pareja en el eje de la zaga, mientras que Jana ocupó el carril derecho. Walsh sustituyó a Patri como pivote, mientras que Kika jugó con más libertad por el interior izquierdo. Arriba, Vicky acompañó a Pajor y Pina, pegada a la banda derecha.
El Barça arrancó con la fuerza de un ciclón, sometiendo al conjunto austríaco en su propio campo. Vicky López avisó con dos ocasiones claras en los primeros cinco minutos del partido. Tras varios centros al área rematados sin éxito, Kika tuvo la oportunidad más destacada hasta el momento con un disparo colocado desde la frontal que la portera del St. Pölten, Carina Schlüter, despejó con una gran estirada. Instantes después, Pina se quedó sola en el eje izquierdo de la frontal, pero su manso disparo fue blocado fácilmente. Cinco minutos después, la ‘9’ del Barça volvió a encontrarse en la misma situación y lo intentó con un tiro más potente, pero la arquera alemana volvió a agrandarse bajo el arco. Sin embargo, el Barça tenía claro que, tarde o temprano, el gol terminaría llegando.
Tras una primera media hora en la que las azulgranas fueron incapaces de superar a Schlüter, Pajor consiguió derribar el muro alemán en el 33′ tras lanzarse a por un balón raso que le puso Ona Batlle desde la izquierda. El gol de la ‘killer’ polaca abrió el camino para las azulgranas que, en cuestión de minutos, pusieron la quinta marcha y no miraron atrás. En el minuto 39, Kika Nazareth consiguió estrenarse como goleadora en casa tras cazar un rechace en el área pequeña.
Dos minutos después, Aitana Bonmatí también vio puerta tras aprovechar un rebote con el que no perdonó ante la arquera alemana, que cada vez se hacía más pequeña bajo la portería, incapaz de hacer frente a la tromba de goles que aún tenía por delante. De nuevo, dos minutos después, Keira Walsh volvió a marcar con su gol ‘marca de la casa’: disparo potente y colocado desde la frontal, imparable para cualquier portera del mundo. Justo antes del descanso, ‘Pinagol’ puso la ‘manita’ en el marcador con un remate acrobático con el que emuló aquel mítico gol de «el holandés volador» de Johan Cruyff. Cuatro goles en cinco minutos para dejar el partido visto para sentencia con 45 minutos más aún por disputarse.
Tras el descanso, Clàudia Pina tardó poco más de cinco minutos en volver a reencontrarse con el gol. Tras una gran internada de Ona Batlle por la izquierda en la que finalmente fue derribada dentro del área, ‘Pinagol’ no falló la pena máxima y puso el 6 – 0 desde el punto de penalti. Justo antes de la hora de partido, Pere Romeu comenzó a rotar el banquillo y cambió a Aitana y Pajor por Alexia y Graham, no fuera a ser «que se le complicase el partido». Durante la sustitución de Aitana por Alexia se produjo un gesto muy emblemático entre ambas estrellas: antes de abandonar el terreno de juego, la actual Balón de Oro le colocó el brazalete de capitana a ‘La Reina’, dejando una imagen icónica para la afición.
El dominio azulgrana sobre el conjunto austríaco persistía y Pere Romeu seguía pensando en El Clásico, por lo que las rotaciones transcurrieron con normalidad y Patri y Esmee Brugts fueron las siguientes en entrar, ocupando las posiciones de Walsh y Ona Batlle. La búsqueda del ‘hat-trick’ por parte de Clàudia Pina acabó en el minuto 78, cuando fue la elegida para dejar su lugar en el césped a Alba Caño, que reapareció con el primer equipo tras el debut en Liga en Riazor ante el Deportivo de la Coruña. Cuando parecía que el partido moriría con media docena a favor de las azulgranas, la conexión entre Patri y Graham puso de pie una vez más al Johan Cruyff. La estrella noruega, totalmente habilitada tras una gran asistencia de Patri, no perdonó ante la salida de Schlüter con un disparo cruzado y marcó el séptimo y último gol de la tarde para mandar un serio aviso al Real Madrid.
Un partido más que el Barça sentenció en cuestión de minutos y ya van unos cuantos esta temporada; 8 goles en la segunda parte ante el Madrid CFF, 4 tantos en 10 minutos antes del descanso ante el Granada, la recta final ante el Hammarby en casa… El equipo ha demostrado una enorme capacidad para concentrar una gran cantidad de goles en tramos muy concretos, virtud que Pere Romeu ha reconocido como uno de los factores más determinantes de cara a un Clásico en el que no pueden faltar las palomitas.