Sergio Busquets cumplió 600 partidos con la camiseta del FC Barcelona frente al Granada. El centrocampista se ha convertido en toda una institución dentro del club desde que debutara un 13 de septiembre de 2008. A lo mejor no ha tenido tanta publicidad como otros jugadores, pero su labor ha sido clave en los años dorados del conjunto culé.

Los fracasos deportivos de las últimas temporadas y la competencia también han afectado al futbolista de Badia. Un sector de la parroquia azulgrana no ha duda en pedir su suplencia ante el bajo rendimiento mostrado en partidos clave durante las últimas campañas. Los fichajes de jugadores como De Jong o Pjanic también le han restado protagonismo y diferentes entrenadores como Valverde, Setién o Koeman no han dudado en dejarle en la caseta.

Con 32 años muchos le daban por acabado, pero desde que Koeman cambiara definitivamente al 4-3-3, su rendimiento ha mejorado considerablemente y empieza a recordar al Busquets de las grandes citas. El catalán es el ancla del centro del campo y suele estar acompañado por Pedri y De Jong en los interiores. Precisamente con el internacional neerlandés parece haber surgido una retroalimentación mutua que ha permitido ver la mejor versión de ambos.

Está claro que tanto Busquets como De Jong se complementan mejor cuando el tulipán juega más adelantado. Koeman parece haber dado con la tecla para encajar a los dos centrocampistas en su once modelo y ha conseguido potenciar las cualidades de ambos. El Barça vuelve a jugar al compás de un Busquets que se ha convertido en la brújula de un equipo que necesitaba la mejor versión del internacional español.