Decían que el Barça visitaba el infierno. El estadio con la mayor cantidad de decibelios registrada nunca durante un partido de fútbol. Hoy todo el barcelonismo ha podido entender el porqué de esta fama. Aunque, sin embargo, el Barça de Xavi se ha sobrepuesto al ambiente aterrador, a un marcador inicial en contra, y ha salido con vida y con el pase a cuartos de final de la Europa League.

Los de Xavi no han salido enchufados al césped. Parecía que a más de uno le diera demasiado respeto el ambiente que se respiraba. Las imprecisiones han sido protagonistas durante la primera parte: no salían los controles, y los pases se iban largo en unas ocasiones, o se quedaban cortos en otras. Ningún jugador blaugrana acababa de estar cómodo durante la primera media hora.

Así se ha reflejado en el marcador en el minuto 28. Un desajuste en las marcas ha acabado con Ferran Torres cubriendo a Marcão en un córner, y el central local se ha adelantado al delantero culé para adelantar al Galatasaray en el electrónico. Eran los minutos clave para ver cómo respondía el Barça de Xavi a una situación tan adversa, con un público tan encima.

Y Pedri, como viene siendo ya habitual, se ha puesto a dibujar sobre el campo. Una jugada por la izquierda acaba con el balón en pies de Ferran, que la filtra para Pedri para que el Golden Boy haga no una, sinó dos fintas dentro del área, y deje a dos defensores en el suelo, antes de batir a Iñaki Peña. Una nueva delicia del genio canario.

Pedri justo antes de marcar, tras haber dejado dos defensas en el suelo. FUENTE: Getty Images.

Con el empate en el marcador poco antes del descanso, el Barça ya ha encontrado su sitio en el partido. El centro del campo ha ganado lucidez, y en cuanto se perdía algún balón se podía observar la ya reconocible presión tras pérdida del conjunto de Xavi. 10 balones ha recuperado hoy Busquets. 7 por parte de Pedri. La victoria de hoy no se explicaría sin el esfuerzo en la recuperación en campo rival.

La segunda parte ha seguido el tono en el que ha terminado la primera. Control y pausa en el juego blaugrana, para buscar huecos en la telaraña turca. Dembélé ha sustituído a Adama, hoy con pocas apariciones, y el francés, a diferencia de lo que nos tiene acostumbrados, ha aportado pausa al partido.

Tan solo 4 minutos después de la reanudación ha llegado el gol que ha clasificado al Barça. Una larga jugada ha terminado con un balón franco en la frontal del área, que Busquets ha empalmado a portería. Tras un mínimo contacto, Iñaki Peña ha salvado el tiro, y el balón ha caído en Pedri, que ha disparado también sin fortuna ya que el portero local ha vuelto a salvar. Pero a la tercera va la vencida. El rechace ha ido a la cabeza de Frenkie, que la ha puesto de primeras en el área pequeña para que Aubameyang solo tuviera que empujarla a la red. El gol ha sido una metáfora de la eliminatoria: intentarlo y persistir hasta encontrar el premio.

Tras el gol, tranquilidad. Al menos, durante media hora. El Barça ha sabido defenderse bien con la pelota en los pies, y tampoco se ha precipitado en exceso en ataque. Las notas negativas del partido han sido la lesión de Dest y las molestias de Piqué. Ninguno de los dos ha podido terminar el partido, pese a estar marcando grandes actuaciones. Dest parecía roto de los isquiotibiales. Piqué se ha resentido de las molestias que arrastraba esta semana.

El final del partido se ha caldeado. Jordi Alba se las ha tenido con el público ya que no paraba de recibir lanzamientos de objetos desde la grada. La afición ha apretado mucho más tras eso. Pero el Galatasaray no ha traducido el empuje del público en peligro. El Barça ha sufrido por resultado y por ambiente, pero no por ocasiones.

Tangana provocada por el incidente de Alba con el público. FUENTE: Getty Images.

Los de Xavi vuelven a Barcelona con el trabajo hecho. Han salido vivos del infierno de Estambul con un partido no brillante, pero sí muy serio. Un golpe de moral de cara al Clásico de este fin de semana.