Con el aliciente de la derrota del Real Madrid en Girona, los culés viajaban a Vallecas para demostrar por qué iban líderes en el campeonato liguero. El resultado fue mucho peor de lo que algunos esperaban.
Horario nocturno, el que se supone que le viene mejor al equipo para competir bien, según Xavi. Y con varios titulares que se echaron en falta durante gran parte de la temporada, como Pedri o Frenkie De Jong. Andoni Iraola volvió a lucir sus dotes futbolísticas y técnicas para anular al Barça por completo, y por tercer partido consecutivo, con un balance positivo de dos victorias y un empate. La presión que ejecutaría el equipo local sería trascendental para evitar que el juego interior circulase por las botas del canario, o por el holandés, que hoy actuaba por Sergio Busquets en la posición de pivote, donde no se encontró nada cómodo en la salida de balón, siendo clave, también, en el error del segundo tanto.
La poca contundencia en área propia originó un buen contraataque del Rayo, que, bajo los pies de Álvaro García, culminaría el 1-0 en el marcador, tras un zurdazo cruzado en el que Koundé pudo hacer mucho más. El conjunto azulgrana no sería capaz de levantarse en la primera parte, puesto que, sin ideas en los metros finales y por mérito de los vallecanos, apenas conseguiría generar peligro en área rival. Solo una acción añadiría emoción al término de los 45 primeros minutos, y fue un gol anulado a Robert Lewandowski por fuera de juego, algo justo.
En la segunda parte, los de Xavi seguirían igual de desconectados, y pocos minutos después del descanso, Fran García distanciaría hasta el 2-0 el marcador. La tensión, los continuos errores y la imagen de desesperación en el cuadro azulgrana era evidente. Xavi movió piezas con Jordi Alba y Ansu Fati, desplazando a Alejandro Balde a la derecha y a Koundé como central. Sin embargo, el ‘diez’ del Barça apenas pudo aportar en ataque.
En los últimos minutos, el líder de La Liga se volcó en los metros finales, y después de insistir, Lewandowski recortaría distancias tras un rebote en el área, con un zurdazo imparable. Pero no fue suficiente para remontar, pues el Rayo mantuvo su bloque fuerte y apenas dejó espacios atrás.
Decepción general entre equipo y afición al que este final de Liga se le está haciendo muy largo, y en el que no se está poniendo ganas para acabar la competición con la máxima brillantez.