Se dice que la Segunda División B es una categoría dura, desagradecida. “El pozo” para muchos. Pero como siempre, el Barça es més que un club, y por eso se permitió jugarse el liderato de la categoría con 8 juveniles en la convocatoria. 3 titulares. Las bajas por lesión y la llamada del primer equipo se llevaron a algunos de los más determinantes, pero los de García Pimienta siempre compiten. Eso sí, se debe competir desde el minuto 0.

El Barça B tardó en despertarse en Tarragona, y los líderes se lo hicieron pagar caro. En apenas 23 minutos, el Nàstic había disuelto por completo las dudas sobre quién manda en el Grupo 3 de la Segunda División B con tres tantos dignos de elogio. El primer golpe llegó pronto, justo cuando el cronómetro contaba un minuto de juego. Fran Carbià voleó un centro pasado que entró de forma inapelable en la meta de Arnau Tenas. Carbià repitió en el minuto 10, y en el 22 Roger Brugué dio el gancho definitivo con un precioso disparo de zurda que ponía a los locales 3-0 sin oposición.

Sin embargo, el espíritu competitivo de los de “Pimi” fue encomiable, y en lugar de tirar la toalla consiguieron rebajar la diferencia con un potente disparo de Mika Mármol tras un rechace. Fue un tanto improductivo ya que, en vez de desmontar al Nàstic, les hizo subir la guardia defensiva. El filial empezó a encontrarse a partir de este momento, pero un bloque medio muy junto y sólido de los locales no permitió que el filial consiguiese recortar más el marcador.

La historia pudo ser diferente, pero un puñado de centímetros quisieron que un golpeo magistral de falta de Jandro Orellana en el minuto 40 se estrellase contra el travesaño en vez de meter de lleno al Barça B en la lucha por el liderato. La historia es caprichosa, y esta vez quiso arrebatar el premio a los blaugrana.

La segunda mitad se pareció más a lo que solemos ver en un encuentro del Barça B, pero con el Nàstic arropado en defensa y muy seguro sacando los constantes centros laterales, no hubo manera de apretar el marcador. Lo intentó Balde, que entró al descanso. Lo intentó Collado, que volvió a ser el líder, e incluso lo intentó el juvenil Jaume Jardí, que debutó con orgullo en el segundo equipo del FC Barcelona, pero todos los esfuerzos cayeron en saco roto. Lo intentó también Álvaro Sanz, zaguero de circunstancias, pero desde la frustración, y eso le valió la expulsión y un compromiso al equipo para el próximo encuentro, donde tendrán que (volver a) inventar un lateral derecho.

Al final, derrota por 3-1 que reafirma al Nàstic de Tarragona como líder y deja mal sabor de boca al filial, que de haber igualado la intensidad local al principio del encuentro podría haber hecho mucho daño. Aun así, es hora de volver a poner los pies en el suelo. La joven plantilla, las demandas del primer equipo y las lesiones no permiten otra cosa que no sea humildad, ilusión y trabajo. Y los de García Pimienta lo cumplen con creces.

Collado se lamenta tras el mal inicio del B | FC Barcelona B