El Metropolitano se vistió de gala en la tarde del domingo con 24.107 espectadores dispuestos a disfrutar del tradicional Clásico del fútbol femenino. Un Atleti-Barça que, tanto por las bajas como por la tabla liguera y la resaca de la jornada europea, apuntaba a ser una montaña rusa de emociones.
El Barça, que saltó al terreno de juego en un estado bastante desangelado, sufría el primer susto nada más sonar el pitido inicial. Una dubitativa Paños no acertaba despejar el balón en la primera acción de ataque rojiblanco, que salvó con un juego de pies en el que se tuvo que enredar en más de una ocasión según avanzaba el encuentro.
Las blaugranas tardaron tan solo cuatro minutos en corregir el rumbo negativo del comiendo, con un golazo de Ana Mari que, en la línea estratosférica que mantiene esta temporada, firmaba un remate aéreo ante un gran centro de la inconmensurable Patri Guijarro.
Con el 0-1 en el marcador las culés se fueron creciendo y encontrando su ritmo de juego, avisando a las rojiblancas con una peligrosa ocasión de Claudia Pina. La delantera no acertó a mandar el balón al fondo de la red tras una brillante doble jugada ofensiva, con posible penalti sobre Aitana Bonmatí incluido. Las azulgranas fueron poniendo al Atleti progresivamente contra las cuerdas, aprovechando su desmoralización ante el inesperado gol de la suiza pese a su gran comienzo. Ana Mari, incombustible desde la banda derecha, intentaba continuamente encontrar a Pina y Geyse con sus centros al área pequeña, sin mucho éxito.
En el minuto 24 llegó el penalti dudoso a favor del anfitrión que amenazaba con invertir el dominio culé del partido. Ajibade se quedaba tendida sobre el terreno de juego tras un leve toque con Patri, y ante la decisión de la colegiada Leicy Santos ejecutó la pena máxima y firmó el empate en el momento idóneo, cuando más fuera del partido se estaban encontrando las rojiblancas.
El penalti y el aliento de la afición colchonera supusieron un chute de energía para las atléticas, que amagaron con ponerse por delante con un lanzamiento de casi ve el fondo de la portería de Paños en la siguiente jugada. Ludmila continuó intentando ganar la ventaja en solitario, pero el Barça se recompuso con su habitual rapidez resolutiva y, en el minuto 35, llegó el momento que cambió el transcurso del encuentro. Mapi León se inventaba un golazo de falta directa poniendo a las culés de nuevo por delante, una genialidad digna de exposición en un museo y de las que valen los tres puntos.
Ana Mari vio la única amarilla del partido en el minuto 38, y las colchoneras reclamaron un nuevo posible penalti sobre Ludmila, que tuvo que salir cojeando sustituida por Marta Cardona. El Barça, lejos de relajarse, salió a por sangre en la segunda parte y anotó otro golazo para el recuerdo en una jugada ensayada de saque de esquina. Patri indicó con los dedos el camino a seguir antes de chutar, y Bronze se encargó del resto lanzándose en plancha a rematar el balón.
Ya con una ventaja cómoda en el marcador en el minuto 52, Jonatan Giráldez decidió realizar el primer cambio y sacó a Mariona por Claudia Pina, buscando que la 9 vaya ganando minutos y recuperando sensaciones tras sus molestias. Salma, que se había caído del 11 inicial a última hora para confusión de los aficionados, saltó junto a Laia Codina en el minuto 66 por Patri y Geyse, y el técnico agotó la ventana de cambios sacando a Torre y a Nuria Rábano por Rolfö y Ana Mari.
El partido acabó en goleada de las culés contra todo pronóstico, muy influenciada por un Atleti que desde la lesión de Ludmila se desinfló y no supo levantar cabeza en un escenario de tal magnitud. El cuarto gol llegó a manos de Salma en el minuto 71 tras una gran jugada individual de “show” Mariona, y la manita la firmó de nuevo Paralluelo atenta al rechace de un penalti chutado por la 9 y que en un principio había parado Lola Gallardo. Por último, el sexto lo firmó una Engen que se apuntaba a la fiesta convertida en delantera en el minuto 80, demostrando el hambre de un equipo que con 1-6 en el descuento seguía insistiendo.
Y es que este Barça siempre quiere más. De vuelta a la Ciudad Condal, cada vez más líderes de la Liga F.