Varios son los años en los que el nombre del delantero brasileño lleva rondando las oficinas azulgranas tras su polémica marcha al PSG en el verano de 2017. Neymar acapara el culebrón principal de cada mercado, pero ahora parece que se aleja.

La crisis del Coronavirus cambiará por completo el fútbol. El crack del club francés, que deshizo toda lógica de los números en fichajes, ya no será ese caviar que sólo se podrán permitir algunos, pues con las condiciones económicas en las que las potencias de este deporte se encuentran, condicionarán el propio bolsillo de cada uno, optando por trueques entre futbolistas o cantidades mucho más bajas que se deberán considerar para fomentar nuevas incorporaciones. La burbuja en la que el balompié se ha visto en vuelta romperá la dinámica ascendente y desorbitada que estaba tomando, para recuperar la esencia y la normalidad de hace décadas. A pesar de todo ello, Neymar seguía en la agenda blaugrana para el proyecto del futuro, pero con otras posiciones a reforzar más importantes como la de delantero centro -en la que preferiblemente se encuentra Lautaro Martínez– el Barça se despide de asumir los agujeros económicos que generaría su fichaje con salarios y comisiones correspondientes.

La dirección deportiva creía que el PSG podría aceptar un intercambio de Griezmann+dinero, pero ahora mismo esa operación es una fantasía. Este descarte procede de los escasos ingresos que la entidad está recibiendo, y como consecuencia de ello, se han tenido que reducir hasta en un 70% los sueldos de los miembros de la plantilla.