Demostrar. Eso es lo que ha querido revalidar en el día de hoy el equipo de Xavi Hernández. La afición y el equipo, con el regusto agridulce de un gran partido en Múnich, prometían conjura con un ambiente espectacular en lo que era el último partido antes del parón de selecciones. Más de 85.000 culers no se han querido perder el festival que tenían preparado Robert y sus amigos. El polaco parece que lleve toda la vida viviendo en Barcelona. Tal es el aprecio de la grada que ya tienen un cántico estrella para él. Emulando la canción de los dibujos de “los Pica Piedras”, al polaco ya le corean su nombre y apellido con dicha melodía. No es para menos, ha marcado dos goles como si nada y cerca se ha quedado el Hat-trick.

En una jugada en que se iba prácticamente solo, con la ambición de abrir la lata, Gonzalo Verdú se encargaba de fastidiarle la fiesta al ‘9’, con el alto coste de irse camino a vestuarios expulsado. Con un hombre menos en el campo para el Elche, los espacios eran más evidentes. Pedri se encargaría de aprovecharlos. Acciones en que su conexión con Lewandowski brillaba por sí sola. Tacones en formato poesía polaca. El gol no tardaría en llegar. Un centro de Balde le llegaba al killer para empujarla dentro. Era un balón inesperado, pero lo remata igual. Es impresionante su repertorio de recursos.

Defensivamente, el equipo ha mostrado solidez y confianza. Eric, Koundé y Araujo han estado sobresalientes. El central catalán, junto al uruguayo, ayudaban a Frenkie De Jong a controlar la marca de Lucas Boyé, referencia en ataque del conjunto ilicitano, que ha quedado invisible para la conexión con sus compañeros.
El neerlandés, que ha cuajado un gran partido, partía como un pivote algo más posicional en algunos contextos, para mantener su marcaje. Su compatriota, Memphis Depay, también mostraría su compromiso e implicación al ritmo de sus regates e intentonas que hacían crecer al Barça ofensivamente. Con una de sus acciones ha puesto al estadio en pie. Emulando uno de los goles de pretemporada, ha hecho una especie de reverso que ha culminado con la perforación de la portería de Edgar Badía, para anotar el segundo gol.
Junto a él, su acompañante, Ousmane Dembélé. El francés parece un jugador totalmente renovado. Confianza, determinación en las jugadas y compromiso con ayudar al equipo.

Otro de los destacados sería Alejandro Balde. El joven lateral, con su quinta titularidad en Liga, ha realizado una gran actuación. Protegiendo el balón como un veterano y sumándose al ataque como un extremo más, ha regalado dos asistencias y se ha coronado con una precisión en los pases que ha rozado la perfección.
La entrada de Ansu Fati ha ido acompañada de ovación, precedida por su sustitución por Memphis. El ‘10’ no pasa por su momento de máxima confianza y acierto. Xavi recordaba en la previa al partido que no es un tema mental o físico, sino de prevención, cautela. La joven estrella ha vuelto a dejar destellos de optimismo con sus intentos y una actitud asociativa que le beneficia a él y al colectivo. Pedri, uno de sus socios de confianza, le filtraba un pase en forma de ‘cuchara’ que no acabaría de aprovechar.

Sin embargo, Lewandowski se encargaría de sentenciar el partido con el tercer tanto, que condenaba a los de Francisco a desear escuchar el pitido final. Un Francisco que tuvo que acabar de ver el encuentro desde la grada, expulsado por sus protestas.
Esta temporada los partidos que se ganan ya no están solamente en el terreno de juego. El jugador número doce, es decir, la afición, está muy comprometida y es clave en que el equipo muestre el nivel que está exhibiendo en los últimos partidos. El Barça duerme líder a la espera del derbi de la capital de mañana. Los y las culers se van a la cama satisfechos de ver que su equipo ha recuperado esa efectividad tan necesaria e inexistente en tierras bávaras.
Descanso hasta nueva orden para los azulgranas, que, a la vuelta de los partidos internacionales, se les viene encima un mes agitado. Clave para el devenir de la temporada y muy exigente en cuanto a calendario y rivales.