Una final ganada y cuatro por superar. El Barça afrontaba el tramo final de la fase regular de la Euroliga sin la posibilidad de fallar en ninguna de las cuatro jornadas restantes. Tras superar al Partizan de Belgrado en el Palau en un auténtico partidazo y tras exhibirse en la pista del Morabanc Andorra con un recital anotador de Jabari Parker, los azulgranas llegaban con la flecha hacia arriba a la cita ante Zalgiris Kaunas. Los lituanos, por su parte, venían de no conseguir encadenar más de dos victorias seguidas en Euroliga desde diciembre, con un récord de 14 victorias y 15 derrotas que los mantenía en la treceava posición de la clasificación.
Quizás no estuvieran pasando por su mejor momento en el aspecto deportivo, pero eso no fue ningún impedimento para los aficionados lituanos que, al igual que los Grobari de Belgrado, asaltaron el Palau para convertir el templo azulgrana en Zalgiris Arena. Sin embargo, la afición culé, que ya ha vivido varias invasiones lituanas a lo largo de los años, y que sabe lo que se juega el equipo en estas cuatro jornadas que quedan por disputarse, contrarrestaron rápidamente el estruendo del equipo visitante.
Sin Kevin Punter aún al 100% para poder partir como titular y con un Jabari Parker en estado de gracia, Joan Peñarroya apostó por Satoransky, Abrines, Anderson, Parker y Fall como su quinteto titular. El primer periodo estuvo marcado por la igualdad entre ambos equipos. Justin Anderson (5 puntos) y Kevin Punter (4 puntos) fueron los máximos anotadores para los azulgranas que, a falta de dos minutos para el final, se dejaron llevar y fueron meros espectadores del parcial de 0 – 8 que les endosó Zalgiris en cuestión de segundos (16 -20).
La solidaridad defensiva es uno de los mandamientos primordiales en el baloncesto, y el Barça debía corregir la asignación de las ayudas en defensa si quería ganar el partido. Justo antes de reanudarse el segundo cuarto, un altercado entre los Dracs 1991 y un sector de la afición lituana provocó la inesperada partida de los ultras azulgranas del Palau. Un hecho inédito que no favorecía en absoluto al estado anímico del equipo, especialmente dependiente de la reacción del Palau. Sin embargo, el resto de aficionados azulgranas respondieron a la llamada de emergencia, con varios cánticos que resonaron al unísono y que consiguieron despertar a los jugadores para darle la vuelta al marcador. Gran esfuerzo colectivo del equipo que, liderados por Punter y Brizuela, logró un parcial de 9 – 0 con el que consiguió la mayor diferencia del partido hasta el momento (+7) y terminó arrebatándole la ventaja inicial a Zalgiris antes del descanso. (36 – 31)
Tras el descanso, los azulgranas no tenían intención de levantar el pie del acelerador. Mucho menos iban a hacerlo Justin Anderson, que salió de la jaula para anotar 7 puntos en el tercer tiempo y escalar hasta los 12 puntos, y Darío Brizuela, que también se fue por encima de los 10 puntos. El Barça recuperó la máxima ventaja a favor del partido y no miró atrás en el tramo final del cuarto. Los azulgranas pudieron haberse ido por encima de los dobles dígitos de ventaja, pero los árbitros no señalizaron correctamente las dos últimas infracciones en contra y Zalgiris redujo la diferencia a tan solo 8 puntos (59 – 51).
La mayor ventaja llegó en el último acto del partido. Anderson y Brizuela prolongaron su racha anotadora para irse hasta los 13 puntos de ventaja. Por un lado, ‘La Mamba Vasca’ sumó 8 puntos más, con dos triples incluidos, para superar la barrera de los 20 puntos. Por el otro, ‘Simba’ Anderson cerró su actuación con 16 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 24 de valoración. La energía irradiada por Justin y Darío era de la misma índole y provocó el caos perfecto para que el Barça pudiera asegurar la victoria en la segunda de las cinco finales que restan. Mención honorífica para Chimezie Metu que, con 10 puntos y 5 rebotes, ofreció un recital sobre cómo lanzar el balón a canasta. Kevin Punter pusó la guinda del pastel con un ‘triplazo’ con el que despidió -literalmente- a Zalgiris, pero Justin Anderson estuvo a punto de derrumbar el Palau en la última posesión con un intento de molinillo tan inverosímil como innecesario. Finalmente, doce fueron los puntos que separaron a Zalgiris de un Barça que adopta la ‘visión tunel’ en este último tramo de la temporada. En 48 horas, siguiente compromiso en el Palau ante el Casademunt Zaragoza, esta vez, para no perder la pista de la cabeza de la tabla en Liga.