En el fútbol, como en la vida, cada persona tiene su estatus dentro de un entorno. En una empresa, en un instituto o, mismamente, en un vestuario, cada integrante juega un rol en función de la consideración en la que le tengan los demás. Los hay con más importancia, y con menos, con más influencia, y con menos, y otros que simplemente cuentan con el beneplácito de los más fuertes dentro del grupo, lo que les sirve para imponerse ante otros con más méritos. En este último parece encontrarse un Sergi Roberto que, si nos atenemos únicamente al rendimiento, siempre ha partido por delante de Nelson Semedo de forma, en mi opinión, inentendible.
Lo cierto es que, desde su llegada en el verano de 2017, el portugués no ha terminado de explotar en ese cohete por banda derecha que se preveía en su etapa en el Benfica. Ha permutado buenas actuaciones con otras más mediocres, siempre fruto de una discontinuidad en los minutos disputados. Algunos podrán escudarse en que ha tenido oportunidades de sobra para mostrar su nivel, pero lo cierto es que, desde su llegada al Camp Nou, nunca ha jugado cinco encuentros consecutivos como titular. Ahora, con confianza, ha convertido esas pequeñas pinceladas de momentos puntuales en un rendimiento regular que da al Barça un plus necesario en ataque y defensa.
Al contrario que en este inicio de temporada, la competencia se había visto de anteriores campañas de manera positiva, pero parece ser que no ha resultado ser tal y el propio Ernesto Valverde ha optado por cortar de raíz. El técnico confirmó en verano que Sergi Roberto abandonaría el lateral derecho para no volver y que su hombre de confianza pasaría a ser Nelson Semedo. Lejos de amilanarse ante las dimensiones del reto, el internacional por Portugal ha respondido a la confianza con mucho trabajo y, sobre todo, buen rendimiento.
Ahora, las bajas han llevado al carrilero portugués al lateral izquierdo y quién ha pasado a ocupar su puesto ha sido, de nuevo, Sergi Roberto. Los cantos de sirena realizados en verano con el ascenso al primer equipo de Wagué se han convertido en papel mojado y el canterano se mueve del banquillo a la grada sin una sola oportunidad.
Cuando Jordi Alba y Junior Firpo regresen de sus respectivas lesiones, Semedo debería volver a ocupar su posición natural, pero ¿quién sabe? Por motivos que exceden los conocimientos futbolísticos de un servidor, Sergi Roberto ha sido de los jugadores que más han participado en este inicio de temporada. Ya fuese en el centro del campo o en el lateral, el “20” sigue contando con la confianza de Valverde y verle alejado del once parece casi una utopía. Por rendimiento, potencial y, sobre todo, méritos propios, yo no dudo. Es una pena que el status con el que el portugués cuenta dentro del grupo no se rija por lo que a este le aporta.