El central francés está firmando una temporada aciaga, la peor desde que llegó al Barça en 2018, protagonizando gran parte de los errores individuales en defensa del equipo.

De aquella fiable versión durante su campaña y media en Nervión y de la que la afición blaugrana disfrutó al principio ya no queda más que una desvanecida sombra. Logró hacerse con un puesto de titular junto a Piqué en el eje de la zaga, pero el 2-8 en Lisboa del pasado agosto fue un punto de inflexión en la cabeza del galo. Aunque físicamente se encuentra como siempre, el problema no es de músculo sino mental, dado que parece que aún arrastra secuelas de esta humillación ante el Bayern.

Con el defenestrado Umtiti como principal alternativa en la zaga y sin lesiones, Lenglet lo ha estado jugando casi todo: ha intervenido en un total de 45 partidos (30 en Liga, 8 en Champions, 5 en Copa y las dos finales de la Supercopa). La temporada no comenzó con buen pie para él en Vigo, cuando vio la cartulina roja tras pasarse de frenada ante Denis Suárez y dejó al equipo con diez, aunque consiguieron llevarse a casa los tres puntos. Sí tuvo consecuencias en El Clásico de ida su agarre de camiseta a Sergio Ramos, que costó una cuestionable pena máxima, y volvió a provocar un penalti por mano involuntaria en la dolorosa goleada a domicilio de la Juventus en Champions.

Lenglet ha sido protagonista de numerosos errores esta temporada. Fuente: Getty

Trató de redimirse con su gol ante el Valladolid dedicado a Wagué en diciembre para llevarse la victoria, pero Koeman le acabó sentando contra Athletic, Granada y Sevilla. En octavos de Champions, cuando el Barça comenzaba a creer que la remontada contra el PSG podía llegar a buen puerto, Lenglet pisó a Icardi dentro del área y el VAR volvió a señalar penalti, en una acción totalmente evitable para el galo.

Pero sin duda, su momento de tocar fondo fue el 21 de febrero. En el encuentro ante el Cádiz, Lenglet cometió un penalti sobre Rubén Sobrino en los últimos compases, y este desafortunado incidente provocó que a los blaugranas se les escapasen dos puntos al suponer el empate del cuadro andaluz. El francés fue grabado por los aficionados mientras lloraba al salir del estadio, gesto que demostró su hundimiento anímico y la falta de confianza en sí mismo de estos últimos meses. Fue su tercer penalti esta temporada y su segundo error contra los gaditanos, que han demostrado ser su bestia negra particular. En la derrota de la ida en El Carranza, fue el culpable del gol del triunfo de los locales, al no entenderse con Ter Stegen tras un saque de banda y regalar el esférico a Negredo.

La mala suerte siguió persiguiendo al ex del Nancy en abril contra el Getafe, cuando no pudo evitar anotar un gol en propia puerta, tras un remate a bocajarro de Ángel pocos minutos después de ver una amarilla. Y volvió a salir malparado en la foto de un gol en contra en Mestalla, tras perder la marca de Paulista por un despiste y dejarle poner el 1-0 en el marcador.

Lenglet disputa el balón a Guedes durante la visita a Mestalla. Fuente: Getty Images

En total, suma cuatro expulsiones desde que llegó al club (Girona, Getafe, Betis y Vigo) y comparece como el futbolista que más penaltis ha infligido de todos los clubes en las grandes competiciones, tanto a nivel nacional como continental.

Su situación ha hecho que, aunque se perfilase como un central de época para el Barça, el club esté pensando en ponerlo en venta este verano antes de que su valor de mercado se continúe desplomando.  Priorizan traer principalmente a Eric García, pero posiblemente tengan que sumar otro central para completar el lavado de cara en defensa.

Clément Lenglet ha demostrado ser un futbolista sobresaliente y un profesional comprometido con la camiseta blaugrana, pero necesita espantar de una vez por todas los demonios que revolotean en su cabeza y volver a ser el que fue para que el Barça pueda alzar La Liga. Quedan tres finales.