Dicen que la experiencia es un grado y ese fue unos de los condicionantes que decantaron por momentos la balanza del partido. La ida de la final de los play-offs y el último de la temporada en el Estadi Johan Cruyff. El Córdoba, agresivo en los duelos y con carta libre por parte del colegiado, le buscó las cosquillas a los azulgrana y se adelantó con un tanto antes de los diez minutos de juego. Pelayo y Héctor Fort no tuvieron su mejor día y la banda izquierda la frecuentó con asiduidad Mendes-Martins. Tampoco estuvo preciso Mikayil Faye, quien vio como Toril le ganó la partida en la acción del gol visitante.
Reacción significativa tras el 0-1
El desenlace de la primera parte dejó entrever que las sensaciones eran mejores. Pau Víctor y Marc Guiu empezaron a encontrarse y a conectar con Gerard Martín exprimiendo el carril izquierdo. Por otro lado, los destellos de Unai Hernández fueron una vez más de lo mejorcito en zona de tres cuartos. Marc Casadó y Moha Moukhliss ayudaron a empujar a sus compañeros con un trabajo encomiable en defensa y, tras el descanso, el Córdoba se dedicó a achicar agua ante el seguido de internadas azulgranas. Un gol lo podía cambiar todo. La afición era consciente y el ambiente ideal. Las pérdidas de tiempo in crescendo y el árbitro sin poner remedio.
Dani-Pocho: buenos revulsivos
Unas 5.141 personas acudieron al Johan para no perderse el partido de la temporada. Desde Abelardo a Óscar López, Pau Cubarsí, Ferran Jutglà o el presidente Joan Laporta y otros miembros de la junta. Nadie se quería perder un encuentro de este calibre. Uno de los puntos clave fueron los cambios. El técnico mexicano acertó de pleno con la entrada de Dani Rodríguez para generar algo de desborde y peligro que estaba faltando. Marc Guiu, que no tuvo su día, tuvo que ser sustituido por unas molestias y en su lugar entró el Pocho.
Fueron estos dos cambios quienes protagonizarían el gol de la esperanza. Un centro atrás de Dani Rodríguez y un disparo ajustado al costado izquierdo de la portería de Carlos Marín. El Pocho enloqueció para celebrar un tanto vital para el partido de vuelta y el estadio se vino abajo.
Todo por decidir
La vuelta dictara sentencia. El Barça Atlètic deberá luchar por la victoria si quiere ascender a Segunda División, ya que al Córdoba le serviría el empate para subir como mejor segundo. Unas 22.000 gargantas se espera que llenen El Nuevo Arcángel el próximo domingo 23 de junio (20:00 horas). Pase lo que pase, la temporada de los pupilos de Márquez es digna de admirar.