Una balada lenta fue la melodía escogida para el último baile de la temporada en el Johan Cruyff. La afición quería escuchar una canción de amor, de aquellas que te hacen llorar de felicidad al recordar que fue la banda sonora que puso música a los momentos más bonitos de tu vida. Nadie quería oír hablar de mal de amores y de despedidas, y mucho menos escuchar a Elia María Martínez pitar el final, porque sí, se nos iban. Jonatan Giráldez, Sandra Paños y Mariona Caldentey pisaron por última vez el césped del Johan Cruyff como parte del mejor Barça Femenino de la historia.
La velada del domingo estuvo llena de emociones fuertes. Los más de 5.000 aficionados que acudieron al Johan se congregaron bajo un ambiente festivo y familiar, pero también emotivo. No todo iban a ser lágrimas de tristeza. En una jornada marcada por la despedida de tres pilares importantes del equipo, Maria Pilar León, popularmente conocida como ‘Mapi’, hizo su regreso a los terrenos de juego 200 días después de aquella rotura en el menisco que sufrió el pasado mes de diciembre. Ovacionada tras tocar cada balón que recibió, la carismática defensa maña pasó de sentirse un ‘trapito’ durante su lesión a volver a sentirse futbolista, e irradió de felicidad a la afición que tantó la echó de menos.
A quién muy seguramente vayan a echar de menos es a Sandra Paños. La mítica guardameta azulgrana, reconocida oficialmente por el club como «la mejor portera de su historia», fue la primera en abandonar el terreno de juego. Lastimosamente, no pudo dejar la portería a cero en su último partido ante su afición, pero eso es lo de menos. Corría el minuto 68 cuándo, de repente, el tiempo se paró. La hora de Sandra Paños había llegado. Se despojó lentamente de sus guantes y fue despidiéndose de todas sus compañeras e incluso rivales que salían a su paso, camino del luminoso con el número ‘1’ en rojo.
«Tú a Washington y yo a Ciudad de México». Eso fue lo que debió pensar Paños cuándo, dos meses después del adiós de Giráldez, anunció su salida en febrero de este mismo año. Tras nueve temporadas defendiendo la portería del club azulgrana, el viaje de la guardiana alicantina continúa lejos de la Ciudad Condal, concretamente a más de 9.000 kilómetros de distancia. En casi 300 partidos oficiales, Paños cierra un palmarés envidiable con 23 títulos y numerosas distinciones individuales que avalan su paso por el Barça Femenino cómo uno de los más influyentes de la historia. Pionera, capitana y referente; hasta siempre.
Cinco minutos después, era el turno de Mariona Caldentey. La delantera mallorquina pudo despedirse del Johan Cruyff con un gol en su último partido; tras un penalti provocado por Marta Torrejón, no falló desde los once metros para besarse el escudo por última vez y iluminar a la afición con esa sonrisa que quedará para siempre en la retina de los culés. Al igual que Sandra, Mariona salió al paso, despidiéndose de todas y disfrutando sus últimos segundos cómo jugadora del FC Barcelona antes de dejar su lugar en el terreno de juego a Irene Paredes, que la abrazó antes de romperse en mil pedazos y echarse a llorar.
Con Mariona no será un hasta siempre, sino un hasta pronto. La delantera mallorquina tomó la decisión más difícil de su carrera hasta el momento al anteponer el gran reto que supondrá la Premier League a seguir ligada al club de su vida. En su despedida el pasado viernes, Mariona habló de las diferencias entre la liga española y la inglesa y admitió que la competitividad y, especialmente, la profesionalización de la FA Women’s National League, pesaron mucho más que la parte emocional en su decisión. Una profesional de la cabeza a los pies, que deja un recuerdo imborrable tanto a nivel futbolístico, como sobre todo a nivel humano. El Barça la echará mucho de menos. Una culé de siempre y para siempre.
Quién no solo será un culé más, sino también un barcelonés y un catalán más desde la distancia, será Jonatan Giráldez. La ocasión merecía que la mente maestra detrás de este equipo de leyenda cambiara la sudadera por la camisa. Último partido en casa y, pese a que la afición no dejó de cantarle aquello de: «¡Ya llegó, ya llegó, el gallego ya llegó!», por dentro pensaban: «Se nos va, se nos va, el gallego se nos va…». El técnico vigués pisó el césped del Johan por última vez gozando al ritmo de Freed from Desire. Tan pacífico y reservado durante el partido, pero tan enérgico y disfrutón en la celebración. Giráldez realizó un discurso impecable, acordándose de todos y cada uno de los que habían participado en su aventura como entrenador del mejor equipo de la historia y que, además, le habían ayudado a ser el ser de luz que es hoy en día. Desde las jugadoras hasta su familia, pasando por directivos, staff técnico e, incluso, medios de comunicación, para quiénes tuvo unas bonitas palabras de agradecimiento al término de su última rueda de prensa.
«No me gustan las despedidas porque considero al Barça parte de mi familia, y de la familia nunca te despides». Con esta profunda reflexión, el capitán del barco ponía punto y final a su discurso y nos decía «hasta pronto». Tras tres temporadas llenas de trofeos y récords, el técnico vigués pone rumbo a los Estados Unidos para embarcarse en un nuevo reto con el Washington Spirit. No es el tiempo de vida, sino la vida en ese tiempo, que ha hecho que Giráldez haya marcado un antes y un después en la historia del Barça Femenino. Darle la continuidad necesaria a un modelo único fue la clave para descubrir jugadoras con un gran potencial y evolucionar una filosofía ejemplar a escala mundial, además de su más que alabable labor para desarrollar el fútbol femenino. Tres Ligas, tres Supercopas, dos Copas y dos Champions con un póker histórico en su última temporda que dejan un legado inigualable de su etapa como entrenador en Can Barça. De Galicia para el mundo.
El adiós de Giráldez, Paños y Mariona supone el fin de una era dentro del ciclo ganador más importante de la historia de la sección. Un ciclo que ganó, gana y seguirá ganando pues, pese a la evolución del fútbol femenino, la fórmula del éxito sigue siendo la misma: La Masía como eje central del proyecto y fichar únicamente para complementar aquello que se ha construido durante años con la misma mano de obra. Así es cómo se forjan las leyendas, y es por eso que Giráldez, Paños y Mariona se van como leyendas. Los adioses siempre son dolorosos, pero duelen menos cuando sabes que no son definitivos. Esa es la diferencia entre una heroína y una leyenda. El mundo ya está lleno de heroínas, y las heroínas van y vienen, pero las leyendas son para siempre.