Hay jugadores que son elegidos, como si hubieran sido tocados por los dioses del Olimpo del Fútbol. Gavi es uno de ellos. Con la ampliación de su contrato, firmada el pasado 15 de septiembre, el Barça ató a una de sus mayores perlas que han pasado estos últimos años por La Masia. El motivo de su renovación es tan fácil de encontrar como viéndolo jugar en el campo. En tan solo un año, y con la mayoría de edad recién cumplida, el futbolista andaluz se ha convertido en un imprescindible en los esquemas del FC Barcelona. Un club que, de la mano de los jóvenes (como Gavi) quiere volver a ser un gigante de Europa.

El de Los Palacios es todavía un proyecto de futbolista que aún tiene que pulir algunos aspectos, es evidente. Con su corta edad, raro sería que no fuera así. Sin embargo, si hablamos de su personalidad, Gavi lo tiene todo para triunfar. Cuando el andaluz pisa un terreno de juego, lo deja todo por el equipo. Su compromiso día tras día es intachable. El pundonor infinito de Gavi. Para él, el balón lo es todo y como tal lo protege.

Con el esférico sus prestaciones son realmente buenas. Es un futbolista muy inteligente tácticamente y con una gran capacidad técnica, lo que le convierte en un perfil de centrocampista capaz de romper líneas con el balón en los pies. Además, tiene una gran visión del juego y toma buenas decisiones. Todo ello le convierte en un centrocampista excelente con la pelota jugada que, encima, tiene llegada en segunda línea.

Sin embargo, si nos fijamos en su trabajo sin balón, Gavi se convierte en un futbolista de clase mundial. Muy pocos jugadores son capaces de igualar sus prestaciones en el panorama europeo y por ello se ha convertido en una pieza tan importante para Xavi. El andaluz es un recuperador natural. Basta con observar sus estadísticas para darnos cuenta de que promedia 4.44 recuperaciones por partido esta temporada. Una cifra realmente elevada.

Pronto heredará el dorsal ‘6’. Un número con mucho peso en la historia del club, ya que lo portó en sus espaldas uno de los mejores centrocampistas no solo del Barcelona, sino de la historia del fútbol. Paradójicamente, este futbolista es hoy día su entrenador. Los dos son perfiles totalmente destinos, pero hay algo en lo que seguro el sucesor supera a su muestro: el pundonor infinito de Gavi.

Sería una equivocación caer en comparaciones. A nadie le harían bien. Gavi debe escribir su propia historia en el Barça con su propio estilo y su característica personalidad.