El día más ilusionante para los culés empezaba pronto en Extremadura, donde el Barça B se jugaba, a mediodía, el primer paso de los dos necesarios para jugar en Segunda División. En la espalda, una temporada llena de obstáculos que el equipo de Garcia Pimienta había sorteado con un fútbol sufrido por momentos y espléndido en la mayoría restante. En el camino, ilusionó hasta a los escépticos, y recogió muchas de las almas azulgranas que cayeron del primer equipo.
Tras terminar en una grandiosa segunda posición en la primera fase, llegaron a la segunda en el punto álgido de su fútbol, con un juego individual y colectivo a la altura de los mejores de la categoría. Tras conseguir 15 de los 18 puntos posibles, todo estaba al alcance de la mano para el filial, que llegó a la sede de la fase final con la confianza de los campeones.
Sin embargo, el fútbol no siempre da a cada uno lo que se merece. La gloria, en una competición tan dura, está al alcance de muy pocos. El Barça salió en Don Benito a hacer su fútbol, a dominar el encuentro, pero se encontró con un UCAM muy cómodo en esa faceta. “Pimi” eligió colocar a Konrad a pierna cambiada, en la izquierda, y dejar la derecha para Hiroki. El Barça perdió amplitud con ese movimiento, mientras que el rival se preocupó de atajar de forma contundente los pases filtrados por dentro.
En una salida a la contra del Murcia llegó la mala fortuna. La película que tantas veces se ha visto en Can Barça. Alberto condujo el balón, llegó a la frontal, encontró el hueco y batió a Peña. Con el 1-0, la situación era todavía más cómoda para los murcianos. Hubo un “remake” de la misma, protagonizada por Rey Manaj, en la segunda mitad, que además sirvió para remontar el marcador tras un penalti dudoso a Matheus que el delantero albanés colocó perfectamente. El doblete de Manaj volvía a ilusionar, pero entonces llegó la segunda parte de la misma película: el balón parado.
Un balón peinado en el primer palo encontró rematador en el segundo, y a falta de 10 minutos para el final el partido estaba 2-2. El Barça B había encajado los goles que podía encajar, a la contra y a balón parado. En cambio, los de “Pimi” no habían conseguido trenzar sus jugadas, con un Collado limitado, Konrad incisivo pero incómodo e Hiroki insuficiente. Manaj, como siempre, hizo su partido particular.
Tras el pitido final, el Barça tuvo la sensación de estar en una situación peor de la que merecía. El UCAM, agotado, sucumbió definitivamente al dominio blaugrana, pero ni Peque primero, ni Manaj después, tuvieron la fortuna para embocar los centros que llegaban desde la izquierda de la mano de Alex Balde y Konrad. Balde, que sustituyó a Mika Mármol, demostró una personalidad y unas cualidades que lo avalan una vez más como futuro jugador del primer equipo.
Entretanto, Iñaki Peña empezaba a calentar lo que sería su tanda de penaltis con una exhibición de paradas en las acciones a balón parado, en las que creaba peligro el equipo universitario. Después, a la hora de la verdad, en la muerte súbita, se coronó atajando hasta 4 penaltis e intuyendo algunos más. Por desgracia, no fue suficiente.
Konrad inauguró la tanda dubitativo, a pesar de tener a su afición justo detrás de la portería. Pronto, Peña, Collado y Matheus invirtieron la tendencia, y Manaj tuvo en sus botas el fin del sufrimiento con el quinto penalti. Lo envió a las nubes. Tras los cinco reglamentarios, que terminaron en empate, Oriol Busquets falló, pero Peña volvió a dar una vida extra al equipo. Balde y Riera pusieron el miedo en el cuerpo al rival anotando sus penaltis con seguridad, pero el UCAM aguantó perfecto hasta el fallo definitivo de Santi Ramos Mingo, que encontró como respuesta el tanto definitivo que dejaba en el camino al Barça B.
Se rompió el sueño de la Segunda División. Se terminó demasiado rápido la estancia en los Playoffs de Extremadura. El Barça B termina la temporada con una decepción que no concuerda con la increíble temporada que ha cuajado el equipo de García Pimienta. Por segundo año consecutivo han luchado hasta el final por conseguir el ascenso. La temporada que viene, en la nueva Primera RFEF, lo volverán a intentar.