El partido ante el Dinamo de Kiev, además de servir para dar descanso a los más habituales, ayudó a reivindicar a algunos jugadores con los que apenas contaba Koeman y que demostraron que pueden aportar muchas cosas a este equipo. Uno de esos jugadores fue Martin Braithwaite, que no desaprovechó su primera titularidad a las órdenes del técnico holandés.
El ex del Leganés, que llegó al Barça por 18 millones tras las lesiones de larga duración de Dembélé y de Luis Suárez, apenas ha podido disputar minutos desde su llegada el pasado mes de febrero. Tras la marcha del uruguayo este verano, el ‘9’ del Barça quedaba huérfano y el danés se convirtió en el heredero de tan prestigioso número, que han portado en el conjunto azulgrana algunos de los mejores delanteros de la historia.
Puede que Braithwwaite no sea un jugador tan mediático, tanto por nombre como por trayectoria, pero es un futbolista que se deja la piel en los entrenamientos y no monta ninguna polémica por no jugar. En Ucrania, el trabajo de todos estos meses, en silencio, dieron sus frutos. Su doblete no pasó desapercibido y tanto la afición como Koeman abrieron los ojos, vieron que es un jugador muy aprovechable y a tener en cuenta. Asimismo, rompió una maldición que lleva lastrando al equipo en Europa desde hace más de 5 años y es que, desde septiembre de 2015, Luis Suárez no marcaba en competición europea a domicilio.
Disputó todo el partido, muchos más minutos de los escasos 50 que lleva acumulados tanto en Liga como en Champions. No es ninguna sorpresa que haya jugado tan poco. El propio Koeman fue el que más insistió en la llegada de Memphis Depay en el último mercado de fichajes, evidenciando la poca confianza que tiene depositada en el danés.
Toca ver si la actuación del ‘9’ del Barça en Kiev hará recapacitar al técnico culé, ofreciéndole más oportunidades de las que hasta ahora le había brindado o seguirá encabezonado en traer al delantero del Lyon el próximo mercado invernal.