Lo que más me gusta del Barça femenino, un equipo lleno de estrellas, es la manera en la que afrontan cada partido como un nuevo reto. También destacaría el compromiso y el trabajo que hay por parte de cada jugadora y todo el staff que forma la plantilla. Tampoco me quiero olvidar de la competencia sana que hay entre ellas porque, recordemos, aquí nadie tiene el puesto asegurado y juega la que más se lo merece. Este año por lo menos.
Un claro ejemplo de ello es la batalla –en el buen sentido- entre Mariona y Martens por conseguir ser titular en el extremo izquierdo, aunque también pueden jugar en otras demarcaciones. Una lucha de la que han salido ganando ambas, pero hoy me quiero centrar en Lieke Martens y el alto nivel al que está rindiendo esta temporada.
Cuando Martens llegó al Barça, lo hizo con la etiqueta de la mejor jugadora del mundo al haber ganado en aquel año (2017) el Premio “The Best” otorgado por la FIFA, convirtiéndose en la segunda jugadora en ganarlo tras Carli Lloyd. También sumó a su palmarés individual el premio a “Mejor Jugadora de Europa” entregado por la UEFA y también fue nombrada la “Mejor Jugadora de la Eurocopa”, entre otros reconocimientos.
Como no iba a ser de otra manera, todos los focos estaban puestos en ella, uno de los primeros grandes fichajes que el Barça había hecho en su historia reciente. En su primera temporada como culé demostró a todos los seguidores del femení quién era Lieke Martens y por qué había sido galardonada con tantos premios. Verla en directo era un espectáculo, para qué mentirnos.
Jugó 29 partidos en liga, marcó 11 goles y repartió 8 asistencias. Pero lo mejor es que, a día de hoy, está a un nivel todavía mayor. Esta temporada lleva 6 goles y 5 asistencias en 8 partidos que ha jugado en la Primera Iberdrola y no parece que vaya a bajar el ritmo. No es que vuelva a ser la mejor Lieke Martens, es que es aún mejor. Y es eso a lo que me refiero cuando hablo de la pelea por conseguir un puesto, todas están obligadas a dar lo mejor de sí mismas para llevar al equipo a lo más alto otra vez.
La Champions League podemos decir que se ha convertido en su competición fetiche. El año pasado apareció cuando más la necesitábamos, marcando un doblete en la vuelta de la semifinal contra el PSG y siendo una jugadora clave en la final contra el Chelsea. En total fueron cinco goles y una asistencia. Y, repito, este año parece que esos números se van a quedar cortos. En dos partidos ha marcado un gol y ha dado una asistencia.
Ahora, con las lesiones de Mariona y de Hansen, que parece que tendremos que esperar para volver a verle sobre el terreno de juego, los focos vuelven a estar puestos en Martens. Es en este momento cuando más minutos va a tener y toda nuestra confianza está depositada en ella, una jugadora veterana, que conoce el equipo y que está de dulce. Ahora solo nos queda sentarnos en el sofá y disfrutar, porque el espectáculo está asegurado.