La autoexigencia es un pilar fundamental para cualquier deportista. Gerard Piqué es uno de esos jugadores que disfruta con su trabajo y siempre ha mostrado hambre por seguir ganando títulos con el club de sus amores. Pese haberlo conseguido todo en el Camp Nou, el central no es ajeno a la crisis que sufre el conjunto catalán desde hace ya una larga temporada y su rendimiento en el campo también ha bajado considerablemente.
La llegada de Xavi al banquillo y el retorno de Dani Alves supondrán grandes alicientes para Piqué. La disciplina impuesta por el nuevo técnico hará que el equipo vuelva a tener claros los objetivos y que exista orden. Además, la vuelta de todo un emblema como Dani Alves exigirá al defensa dar ejemplo como veterano a un equipo repleto de jóvenes estrellas.
La fuerte competencia en la zaga también será un aliciente para ver el mejor nivel del defensa. Durante muchas temporadas su competencia ha sido prácticamente inexistente, pero actualmente tanto Araujo como Eric García vienen pisando fuerte. Es por ello que la titularidad empieza a estar cada vez más cara y seguro que Piqué no querrá perderla bajo ningún concepto.
Los problemas que está padeciendo el club no se solucionarán en una semana ni tampoco en varios meses. Sin embargo, aires de cambio han llegado con fuerza a Can Barça. Estos chispazos tienen que servir de motivación para que Piqué recupere el nivel con el que fue probablemente el mejor central del mundo.