Después de que Anastasia Pustovoitova pitara el final del partido entre el Barça y el PSG estallaron las emociones. Las gradas del estadio empezaron a cantar uno de los cánticos que, para los culés, significa haber conseguido algo grande. Jenni, Patri y Alexia se tiraron al suelo, Sandra Paños mandó el balón al cielo de Barcelona, las suplentes saltaron al campo y corrieron hacia sus compañeras y Lluís Cortés simplemente se dejó caer al césped del Johan Cruyff. Lo habían vuelto a conseguir.
El camino para llegar hasta este punto, en el que parece que todo va sobre ruedas, no ha sido nada fácil. Han sido muchas horas invertidas en trabajar y mejorar tanto físicamente como tácticamente, con el objetivo de estar (de nuevo) entre las mejores: “Hace dos años, en Budapest fuimos a vivir la experiencia y a Goteborg iremos a ganar la final”, dijo Lluís Cortés. Fue ahí, tas la final ante el Olympique de Lyon cuando nos dimos cuenta que este proyecto iba enserio.
Ambos caminos –el del actual técnico blaugrana y el del Barça- se juntaron en 2017, cuando Lluís llegó para trabajar como analista. Poco después pasó a ser asistente y en 2019 se convirtió en el primer entrenador del FC Barcelona. Desde el principio tuvo las ideas claras: “Dedicaremos el máximo esfuerzo para que vaya lo mejor posible”, dijo el día de su presentación. Ese año el equipo estuvo a punto de alcanzar la gloria al llegar, por primera vez en la historia del club, a la final de la Champions. Aquel partido fue el inicio de algo grande que estaba por venir.
Esta es la tercera temporada de Lluís Cortés como técnico culé y lo seguirá siendo hasta el 30 de junio de 2022 con opción a una temporada más, después de que ayer se hiciera oficial su renovación. Con humildad, como siempre, puede presumir de haber conseguido números al alcance de muy pocos. Ha dirigido 90 partidos, de los cuales ha ganado 81, solamente ha perdido en 6 ocasiones y 3 de ellos han sido empate.
Ahora tiene más cerca que nunca la oportunidad de conseguir algo grande con el Barça, ya que siguen vivas en las tres competiciones que quedan por jugar: Copa de la Reina, Primera Iberdrola y Champions League. Si algo ha quedado claro, es que todo esfuerzo tiene su recompensa, y esperemos poder vivir algo histórico con Lluís al mando del mejor Barça de la historia.