Y al noveno partido con el Barça, la historia comenzó. Sustituido en el minuto 87 por el camerunés Samuel Eto´o, la joven perla de la Masía volvía a tener una nueva oportunidad de lucirse ante su afición, y no la iba a desaprovechar.

El Albacete iba a ser testigo del primer gol de Leo Messi tras una mágica asistencia de su maestro Ronaldinho, que redondeaba una noche de ensueño para los culés en un campeonato que finalmente acabarían conquistando tras varios años de sequía.

En la campaña de su debut, 2004-05, ‘la pulga’ solo disputó siete partidos y su único gol fue el que anotó en este partido. Año tras año fue creciendo, y desde la 2008/09 siempre ha anotado al menos 20 goles por temporada. Nadie se imaginaba la grandeza que aquel chico iba a alcanzar, con pelo largo, acné en la cara y el número treinta a la espalda. Sin duda, el momento más especial de su carrera.