‘Camí cap a Berlin’. Este es el lema que lucían las más de 7.500 bufandas que aguardaban en los asientos del Palau y, a su vez, la consigna de un equipo que había conseguido ir de menos a más a lo largo de la temporada, creciendo dentro y fuera de la pista. El Barça recibía al Olympiacos en el primer partido de cuartos de final de los Playoffs. El conjunto de Georgios Bartzokas llegaba arropado por un ejército de fanáticos griegos que no tardaron en hacer acto de presencia. Sin embargo, el templo azulgrana estaba preparado y los recibió bajo un aspecto intimidante; teñido de azulgrana, cantando el himno ‘a capela’ y con las bufandas extendidas por todo lo alto.

El ‘camino hacia Berlin’ empezó anoche en el Palau | Fuente: @FCBBasket (X)

Roger Grimau volvió a confiar en el quinteto titular, con Laprovittola y Satoransky en la base de la jugada, Nikola Kalinić y el ‘renovado’ Jabari Parker en el ala y Jan Vesely por dentro. Sin embargo, el inicio obligó al técnico azulgrana a reajustar rápidamente el plan de partido. Olympiacos encontró muy fácilmante los espacios en la zona mediante Moustapha Fall, con 10 puntos en el primer cuarto. La mejora de Jabari Parker (9 puntos y 3 rebotes) y, sobre todo, la entrada de Alex Abrines, despertaron a un somnoliento Barça.

‘Lobezno’ volvió a sacar las garras y protagonizó los primeros minutos del segundo cuarto con dos triples marca de la casa, llegando a conseguir la primera ventaja azulgrana del partido. Poco le duró la la alegría a Roger Grimau. De atacar la zona a bombardear el perímetro; Petrusev, Williams-Goss y Canaan controlaron a un Barça que no conseguía encontrar respuesta a la efectividad del conjunto griego. Jan Vesely no recordará su fiesta de aniversario cómo una de las más felices; los árbitros no entendieron el concepto de ‘regalo’ y obsequiaron al gigante checo con una de las antideportivas más protestadas del Palau. Los griegos prolongaron su inspiración durante los últimos cinco minutos con un parcial de 3 a 12 y los azulgranas se fueron nueve abajo al descanso con la misión de remontar un partido que cada vez parecía ponerse más difícil. (35 – 44)

Álex Abrines volvió a incendiar el Palau desde el banquillo con su acierto desde el perímetro | Fuente: @FCBBasket (X)

Más de lo mismo tras el descanso. Mientras que el Barça no conseguía sentirse del todo cómodo. a Olympiacos le salía absolutamente todo: tiros bien defendidos, triples en suspensión, rebotes ofensivos y todo tipo de decisiones arbitrales. La suerte sonreía al conjunto del Pireo y los dioses le habían dado la espalda a los azulgranas. McKissic y, de nuevo, Williams-Goss, mantuvieron a raya a un Barça que, pese a los obstáculos, consiguió reducir la desventaja a siete puntos para dejar el partido abierto de cara al último cuarto (54 – 61).

El ‘factor campo’ estaba en juego y el Palau volvió a cumplir con su misión; el ambiente del templo azulgrana fue de los mejores de la temporada y dejaron el listón muy alto, pero se toparon con un equipo inalterable que parecía tener respuesta para todo. Los ‘locos bajitos’ sacaron a bailar a la defensa e hicieron soñar con la remontada, con un Ricky que iluminó al Palau con su magia, pero no fue suficiente. El Barça luchó hasta el final, pero acabó tropezando con la primera piedra del camino hacia Berlin. Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero la intensidad y el contacto físico de los griegos abrumaron a los azulgranas que, en menos de 48 horas, deben encontrar la manera de sobreponerse a este inesperado mazazo en el Palau.