El central del Barça, Óscar Mingueza, comandó la zaga a las mil maravillas en la victoria liguera ante el Sevilla. El canterano catalán rebosa carácter y entrega en cada partido, cualidades muy demandadas en un Barça excesivamente castigado por las lesiones. Mingueza ha dado el salto desde el filial al primer equipo por la falta de efectivos en defensa. Con errores puntuales en su primera temporada en la élite, ha cumplido con garantías en numerosas ocasiones el rol de central.
La memoria en el mundo del futbol es corta, por lo que el barcelonismo guarda en su retina el partidazo de Mingueza ante el Sevilla. El central más joven destacó como un muro infranqueable al lado de jugadores de la talla y experiencia de Piqué y Lenglet. Para dar buena cuenta de su desempeño contra los hispalenses, cabe recalcar que hizo 5 entradas buenas. Este dato demuestra que fue el jugador sobre el campo que más ‘tackles’ logró en los 90 minutos según el portal Whoscored.
Si bien es cierto que el central catalán ha cometido errores de bulto que han podido valer puntos, apenas cumple el primer año bajo las órdenes de Koeman, pasando de Segunda B a La Liga sin experiencia previa. Su pérdida frente al Elche desembocó en un mano a mano entre el atacante y Ter Stegen, que el guardameta atajó heroicamente. No obstante, tuvo que dar rendimiento inmediato desde la posición de lateral derecho. Este puesto se antoja más complicado para un central fuera de su hábitat natural, sobre todo, en ataque.
Es ley de vida que un jugador venido de Segunda B cometa errores, de igual forma que Araújo perdió un balón similar frente al Eibar que costó un empate. Con esto, nadie duda del potencial y la calidad del zaguero uruguayo, destinado a liderar la defensa azulgrana. Asimismo, es un error poner en entredicho a un central que da la cara por el equipo en su primer año. Un futbolista que da el salto desde la categoría de bronce del fútbol español hasta la Champions League incurrirá en errores de novicio, sean cuales sean su nombre y apellidos.
Por encima de todo, la entrega y carácter de Mingueza en cada partido son valores preciados en Can Barça sobre los que ha de cimentarse el futuro del proyecto azulgrana. Todavía es una incógnita el techo de Mingueza, puesto que se desconoce si llegará a hacerse un hueco fijo en la plantilla azulgrana. Por el momento, la pelota está en el tejado del club que, a pocos meses del vencimiento de su contrato, cuenta con la opción de prolongar automáticamente su vinculación con el FC Barcelona.
Óscar Mingueza ha trabajado para el equipo como el que más, sin rechistar ni poner mala cara. En caso de cometer una errada y perder la confianza momentánea de Koeman, se ha puesto el mono de trabajo en aras de convencer al técnico de que puede ayudar al equipo con garantías. Sustituir a Piqué no es fácil, pero el inexperto zaguero cumplió con creces. Nadie vislumbra un futuro sin el bueno de Óscar en el equipo, aunque tenga un rol secundario. Mingueza es un hombre Barça porque el trabajo, la constancia y el sacrificio son señas de identidad del escudo azulgrana.