Los derbis catalanes siempre son especiales, pero el de esta vez tenía un poco más de “morbo”. La cara y la cruz de la moneda se vieron las caras en el Camp Nou: el Barça necesitaba los tres puntos para seguir en la lucha por La Liga, mientras que el Espanyol los necesitaba para no descender a segunda división. Para ello, Setién apostó por un once similar al que sacó en La Cerámica ante el Villareal.
La primera ocasión del Barça llegó a los ocho minutos de partido, cuando Luis Suárez se desmarcó al espacio y se quedó solo dentro del área sin ayudas y el balón finalmente se paseó por el área pequeña. Como respuesta, el Espanyol buscó su oportunidad de contraataque, cuando embarba se quedó solo delante de Ter Stegen pero el guardameta alemán detuvo el disparo cruzado del delantero. Minutos después, de nuevo Luis Suárez se quedó solo delante de Diego López tras un pase de Griezmann, pero dejó correr el balón hacia su pierna izquierda y dio tiempo a que la zaga perica llegara para mandar el balón a córner.
Cuando quedaban apenas dos minutos para el final de la primera parte, Dídac se marchó solo por la banda izquierda y cuando puso el balón al centro del área, Piqué estuvo a punto de meter el balón en su propia portería. El rechace calló en los pies de Dídac que disparó con la pierna derecha pero el balón se estrelló en el palo.
La segunda parte comenzó con un cambio por parte del Barça. Setién dio entrada a Ansu Fati para tratar de abrir el campo, ya que el Espanyol estaba jugando muy cerrado atrás. La idea del técnico blaugrana se vio quebrantada pocos minutos después, ya que el propio Ansu Fati vio una tarjeta roja tras una plancha en la espinilla de Calero. Parecía que todo se le ponía cuesta arriba al Barça, pero en la siguiente jugada Pol Lozano hizo lo mismo que Ansu pero esta vez en la espinilla de Piqué, lo que provocó la expulsión del centrocampista.
Con el partido más calmado, tras un taconazo de Griezmann en el área para Messi, el argentino estrelló su disparo en un rival pero Suárez atrapó el rechace y con Diego López ya rendido, hizo el primer gol para el conjunto blaugrana.
En el minuto 68, mientras en los exteriores del Camp Nou se escuchaban y se veían “tracas” de petardos y fuegos artificiales, Leo Messi en el pico del área fue el protagonista de un remate perfecto de volea que fue repelido por Diego López, quién se chocó con el palo tras la parada y tuvo que ser atendido.
En los últimos minutos del encuentro, el Barça perdió el control del partido y dio vida al Espanyol, que siguió intentando empatar para aferrarse a la primera división. Pero no lo consiguió, ya que la última jugada del partido terminó con un cabezazo desviado por encima de la portería de Ter Stegen.
De esta manera, el conjunto blaugrana sumó los tres puntos con un solitario gol de Luis Suárez, ante un Espanyol que plantó cara pero que finalmente acabó el partido siendo equipo de Segunda División.