El Barça B de Sergi Barjuan no termina de arrancar en este inicio de temporada. El filial muestra signos evidentes de ser un equipo en construcción, de estar en proceso, pero esto se puede convertir pronto en impaciencia si los resultados no empiezan a llegar en forma de fútbol o puntos en la clasificación.

Salió de inicio Ferran Jutglà como punta, el Barça ganaba en movilidad y carreras al espacio, pero perdía una referencia que se antoja vital en este equipo para organizar su fútbol. En defensa, el bloque alto no se traducía en una presión intensa, cosa que dejaba al descubierto la espalda de la línea defensiva con mucho espacio hasta Iñaki Peña, que tenía minutos en partido oficial con el filial ante la falta de oportunidades en el primer equipo.

Con algún problema en salida, el Barça B llegó incluso a ceder la posesión del balón en la primera media hora de partido, y solamente Nico González, que se marchó del encuentro en la fase final con molestias, aportaba algo de ritmo y claridad a un centro del campo con poco talento asociativo, algo que mata a un equipo como el Barça, que necesita un ritmo alto de circulación para generar peligro.

La facilidad del fútbol de Nico González contrastaba en muchas ocasiones con la dificultad de los Aranda, Jutglà, Nils y Matheus, que intentaban a través de la calidad individual generar lo que no conseguían como colectivo. Sin embargo, el Nàstic, un equipo trabajado, con experiencia y robusto, abortaba sin esfuerzos estas intentonas individuales.

Nico equilibró al Barça B | @fcbarcelonab

Dio el primer aviso el Nàstic en el minuto 33, cuando Mika tuvo que ir al suelo en el último segundo para evitar un remate franco en carrera de los locales, y después fue Iñaki Peña quien salvaría en dos ocasiones a su equipo. Primero con una mano abajo casi de reflejos y después, en la segunda mitad, con un despeje que tocó en el poste antes de marcharse a córner.

El filial, espeso y poco incisivo, encontró su fútbol en el tramo final de la primera mitad, cuando recuperó el balón y generó algo de desasosiego en la defensa bermellona, pero durante los segundos 45 minutos la tónica volvió a ser la misma: un Barça falto de ideas y un Nàstic que hacía daño a la mínima oportunidad, sintiéndose cómodo tanto con balón como sin él.

La nota positiva del partido fueron los debuts de tres jugadores que se presumen claves esta temporada: en el minuto 61 entraron Abde y Rodado, y por lo menos Abde sí que mostró algo de lo que puede ofrecer a este equipo desde la banda izquierda. Desborde, atrevimiento y electricidad que serán importantísimos cuando gane química con sus compañeros. Rodado, por su parte, no tuvo prácticamente ningún balón claro para intentar anotar.

El Nàstic se adelantó a menos de 15 minutos para el final | @fcbarcelonab

Tras ellos, a falta de un cuarto de hora para el final, volvió a pisar el césped con la elástica blaugrana Jandro Orellana después de un verano movido que terminó con renovación, pero no le pudo cambiar la cara al encuentro en tan poco tiempo. El que sí que revolucionó a su equipo fue Fran Carbia. Fue un dolor de cabeza para la defensa del filial actuando detrás del punta, y además aprovechó un balón al espacio para ganarle el cuerpeo a un Ramos Mingo más corpulento, pero también más inocente, y batir por abajo a un Iñaki Peña que llegó a tocar el balón pero no pudo evitar el tanto. Minuto 78 y los locales se ponían por delante en un partido que tuvieron bajo control en todo momento.

Apretó los dientes el Barça B al final del partido, pero el Nàstic achicó bien y los de Barjuan no consiguieron conectar un remate que permitiese salir de Tarragona con un empate. Primera derrota del B, que suma 1 punto de 6 posibles, y el “run-run” empieza a sobrevolar al exintegrante del “Dream Team”. Equipo y míster estuvieron sesteando en esta tarde de domingo en Tarragona. Esperemos que despierten antes de que sea demasiado tarde.