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Frenkie de Jong no carbura

Que al neerlandés le cueste arrancar el curso y lo haga a trompicones empieza a no ser novedad: ha sucedido en las tres temporadas que lleva vistiendo de azulgrana. Sin embargo, en este caso preocupa más de lo habitual, por tratarse de una situación crónica. El Barça no ha sabido en ningún momento encontrar al Frenkie estelar que brillaba en el Ajax, que dominaba el estilo de juego y decidía partidos.

En el paupérrimo Clásico de ayer jugó tocado de los isquiotibiales y acabó siendo cambiado en el minuto 77 por lesión, pero no se le notó mal juego en el plano físico, sino en el táctico. La lesión no representó un papel decisivo en la pobre actuación del centrocampista, que no encontró su sitio sobre el terreno de juego en ningún momento ni aprovechó los espacios libres. Que un jugador de su calidad y características se halle mal colocado, fallón con el balón de los pies y errático tanto creando como defendiendo es extremadamente preocupante, y la solución se debe encontrar desde el banquillo de manera principal.

El dorsal “21” culé ha estado disponible para Koeman en todos los partidos del curso hasta ahora, excepto el encuentro perdido ante el Levante por sanción. En El Clásico de ayer, era el jugador con más valor en Transfermarkt de ambas plantillas (90 millones), algo que no se reflejó sobre el terreno de juego. Comienza a ser habitual en el holandés empezar las temporadas a medio gas e ir progresando y tomando responsabilidad, y de los nueve goles marcados con el Barça, solo uno llegó antes de diciembre. Pero por mucha mejora que realice siempre a final de curso, en ningún momento hemos visto a un Frenkie desarrollando al máximo su potencial. Una progresión demasiado lenta que no se corresponde con el foco del que ha disfrutado desde su llegada, brindándole un gran rodaje: ha sido titular en 94 de sus 103 partidos vistiendo de blaugrana. Y tan solo una Copa del Rey en la vitrina desde entonces.

Frenkie de Jong controlando el balón ante el Real Madrid. Fuente: Twitter

En la actualidad, su alarmante intrascendencia queda plasmada en números. Está proporcionando menos pases que nunca en su carrera profesional, 65 de media frente a los 79 de la pasada campaña o los 74 en su juventud precoz con el Ajax. Han descendido también sus regates, unos tres por partido, y aumentado sus pases hacia atrás, revelando una falta de confianza a la hora de crear juego que preocupa. Estos datos han llevado a Koeman últimamente a relegarle al interior derecho, buscando potenciar el triángulo “made in Masía” de Ansu, Gavi y Jordi en el lado izquierdo.

Por lo que parece, el problema con la falta de evolución en los jóvenes culés es crónico en las últimas temporadas. De Jong llegó al Camp Nou con tan solo 21 años, hace tres campañas, y no se ha visto un proceso de evolución ni de madurez en su juego. Su falta de progresión no se limita a eso, si no que ha perdido incidencia y protagonismo en el juego colectivo respecto a su papel en Holanda, factores que deberían haberse potenciado tras la adquisición de experiencia. Es evidente que la debacle del equipo no le está ayudando a florecer, pero se está evidenciando una falta de tecnificación, planificación y enseñanza en el engranaje del club que se puede extender a los otros jóvenes talentos culés: Ansu Fati, Gavi, Nico… Dejando de lado su tremenda valía, es necesario que tengan detrás un apoyo y un proyecto que los lleve de la mano para continuar creciendo como futbolistas.

La progresión que Frenkie debe desarrollar en contribución a limpiar la imagen global del equipo no va a llegar de momento, dado que perderá por lesión el partido de este miércoles en Vallecas ante el Rayo, una de las revelaciones de La Liga, y queda también prácticamente descartado de cara a la jornada siguiente contra el Alavés. Es difícil encontrar buenas noticias en el seno de este Barça.