Johan Cruyff llegó al Barça con la idea de implantar una filosofía que, además de ganadora, sirviera para motivar a su elenco de jugadores a practicar un fútbol de otra dimensión. Consiguió hacer lo impensable en la parroquia blaugrana: cambiar de mentalidad y alcanzar el éxito a través del balón.

Álbum de fotos de Wembley - 92
Entrenamiento previo a la final. Fuente: Albert Bertran

El 20 de mayo es una fecha muy especial para la familia barcelonista. En Wembley se culminó una lucha que había durado años por alzar el trofeo europeo que tanto se le resistía al club. Con varias debacles en su historia, como la final de Sevilla frente al Steaua Bucarest, el espíritu competitivo desapareció hasta la llegada del ‘maestro’, que apostó por dos sistemas de juego, bien 4-3-3 o 3-4-3, donde incluso hasta el portero tenía su ápice de protagonismo, y donde los extremos cumplían con la función más importante para el fútbol vertical que proponía el entrenador. Zubizarreta, Nando Muñoz, Koeman, Albert Ferrer, Jose Mari Bakero, Eusebio, Guardiola, Laudrup, Juan Carlos, Salinas y Hristo Stoichkov. Apostando por la cantera y por algunos de los mejores fichajes del momento, este fue el once que enfrentaría a la Sampdoria en un encuentro igualadísimo, y que hasta la prórroga no se decidiría.

El póster que casi se pierde
Disparo de Koeman que acabaría dentro de la red. Fuente: Jordi Cotrina

Tuvo que ser otro holandés el que decidiese el marcador final. El central Ronald Koeman, conocido por su exquisito disparo de falta, fue el encargado de poner el broche de oro a un objetivo que duró más de 90 años, y que cambiaría para siempre la historia del Barça.