Real Sociedad y Fútbol Club Barcelona medían fuerzas en uno de los partidos del fin de semana. Tras un inicio de campeonato espectacular, los de Manolo Alguacil dejaron claro que estaban para grandes objetivos esta temporada. Pese a haber bajado su ratio de puntos por partido en las últimas fechas, en San Sebastián vuelven a soñar con la Champions League. Por su parte, el Barça llegaba a este encuentro enrachado. Habían ganado los seis últimos encuentro y deseaban aumentar la lista para llegar con las mejores sensaciones al clásico.

Pese al once de gala que Valverde había desplegado sobre el césped, los primeros minutos fueron de un claro color blanquiazul. La Real, a través de una presión muy adelantada y un buen manejo de la posesión del balón, doblegó a un actual líder del campeonato incapaz de salir jugando. Ya en los primeros minutos, los donostiarras contactaron con Isak en zona de tres cuartos y, tras un centro Monreal, Piqué consiguió despejar el esférico cuando estaba prácticamente en boca de gol.

En el minuto 10, la Real Sociedad colgó un nuevo balón al área que Piqué despejó, provocando un córner que sería decisivo en la apertura del marcador. Cuando Busquets y Diego Llorente disputaban por rematar el balón, el árbitro interpretó que el ‘5’ azulgrana había cometido infracción y señaló un penalti que Oyarzabal convertiría en el 1-0.

Reacción del tridente

A partir de ahí, el Barcelona realizó dos presiones altas que a punto estuvieron de terminar en gol, pero fue solo un espejismo. El dominio de la Real se alargó durante todo el primer tiempo, pero, en el primer desajuste defensivo, los blaugrana demostraron que tiene una delantera que marca diferencias. En una contra que pilló descolgada a la zaga realista, Luis Suárez encontró a Griezmann que, con una fantástica vaselina, batió a Remiro para poner el empate poco antes del descanso.

Tras el paso por vestuarios, la Real Sociedad volvió todavía aturdida y el Barça lo aprovechó. En una recuperación en el centro del campo, Busquets realizó un pase bombeado que dejó a Messi totalmente solo ante Remiro y le cedió el balón a Suárez para que la empujase a puerta vacía. Los locales parecían totalmente fuera del encuentro y a punto estuvo de costarle un resultado más amplio si no fuese porque ni Griezmann ni Piqué estuvieron acertados al finalizar.

Mala fortuna en las áreas

Con el paso de los minutos, el conjunto vasco fue poco a poco recuperando sensaciones, aunque sin crear excesivo peligro. Sin embargo, tras una buena maniobra de Januzaj en el centro del campo, provocó la llegada por banda de Monreal que Isak convertiría en gol tras un fallo de Ter Stegen. El guardameta erró al blocar el centro y este quedó a placer para que el sueco lo introdujera en la portería.

El tramo final fue un continuo quiero y no puedo. Ni el Barça lograba hilar jugadas que desmontasen el entramado de Manolo Alguazil, ni a la Real le quedaban fuerzas para lanzar ni tan siquiera contragolpes. En un último intento más basado en la fe que en el juego, Piqué se incorporó al ataque para tratar de rematar algún balón colgado. El central estuvo a punto de concretar su objetivo y, disputando el remate con Diego Llorente, cayó al suelo reclamando un penalti no pitado que se puede catalogar, al menos, de dudoso.

Finalmente, el 2-2 fue el resultado que brilló en el marcador al término del encuentro y que otorgaba un punto a cada uno de los contendientes, que seguro que dejó a ambos con sabor agridulce. El Barça está ahora a la espera del resultado del Real Madrid para saber si llegará líder al clásico del próximo miércoles.