El Barça y el Dinamo de Kiev se han vuelto a enfrentar, dos semanas después de que lo hicieran en el Camp Nou, en un partido con una importancia vital para los culés para mantener vivas las opciones de seguir vivos en la Champions League. El Olímpico de Kiev vestía sus mejores galas para recibir el encuentro que empezaba puntualmente a las 21.00h, ‘la hora Champions’. Los ingredientes estaban servidos.

El partido ha empezado con un claro dominio de los visitantes, el FC Barcelona, que han entrado muy bien al encuentro, con mucha alegría, con las ideas muy claras y con mucha concentración. Prueba de ello ha sido el juego con balón. En este sentido, se ha vuelto a ver un Barça reconocible con esférico, circulando rápidamente el mismo y localizando el juego en campo contrario. Los minutos pasaban y el dominio del Barcelona se confirmaba. Tácticamente se ha visto un equipo trabajado, con un posicionamiento correcto y valiente, adelantando líneas. Además, la presión de los blaugrana ha aparecido en el primer tramo del partido, lo que ha complicado la salida de balón de los locales.

Sin embargo, y como nota común de la temporada, el Barça no ha aprovechado el dominio para crear oportunidades y se ha visto otro FC Barcelona en ataque, sin apenas desequilibrio, acumulando muchos jugadores en campo contrario pero sin ideas. A pesar de ello, las oportunidades han empezado a llegar y en el 15’ ha llegado la primera opción ofensiva de los culés, tras un mal despeje del portero y que Jordi Alba no ha podido aprovechar. El Barça llegaba, pero no finalizaba.

El partido parecía que seguía controlado por los visitantes, hasta que en el minuto 25’ el partido ha empezado a cambiar y los locales han empezado a asustar a los culés mediante arañazos con varias ocasiones al contraataque pero que han tenido una respuesta genial en Ter Stegen. Las oportunidades del Dinamo han hecho recular al Barça y se ha abierto un momento de partido en el que los locales han intentado generar ocasiones, frente a un Barcelona confuso, más los ucranianos no han aprovechado sus oportunidades.

Tras este momento del partido, y entrando ya en el último cuarto de hora de la primera mitad, el Barcelona ha recuperado el control, pero igual que durante el inicio del encuentro, sin apenas crear ocasiones y mostrando una falta tan clara como preocupante de finalización, que ha provocado que la primera mitad terminara con el mismo resultado con el que había empezado: 0-0.

En la segunda mitad, el Barça no ha empezado demasiado bien, llegando tarde a los duelos y perdiendo el esférico en varias ocasiones, con una precisión mala y circulando el balón lentamente. A pesar de ello, el Barça ha ido recuperando sensaciones con balón con el paso de los minutos y ha vuelto a controlar el partido. Ahora bien, al igual que en la primera mitad, el Barça no ha convertido el control en ocasiones y se ha vuelto a ver un equipo sin ideas en ataque, buscando el gol mediante centros inofensivos y sin filtrar pases, en contraposición a un Dinamo que no ha tenido el control del encuentro pero que siempre que llegaban a la portería de Ter Stegen, generaban peligro.

No había manera de encontrar portería para el Barcelona. Los culés llegaban y se localizaban en campo contrario pero no generaban ni creaban peligro. El ataque del Barcelona necesitaba un revulsivo y mientras tanto en la banda Dembélé, que podía ser la solución, calentaba. Y en el minuto 64’, mientras todas las miradas se centraban en el francés, en el campo un contacto a Ansu Fati se pitaba como penal, aunque el VAR finalmente lo anulaba.

Tras el penalti no pitado, ha entrado con confianza al campo Ousmane Dembélé con el objetivo claro de buscar el desequilibrio por la banda. Con el ‘mosquito‘ ya en el césped, el Barça se reactivaba en la presión y recuperaba sensaciones. Con el francés eléctrico desequilibrando, el Barça ha buscado por activa y por pasiva el gol, hasta que Ansu Fati ha rematado un balón muerto dentro del área para anotar el primer tanto con un remate imparable en el minuto 70’.

Con el gol en el marcador, el Barça se ha dedicado acertadamente a amasar posesiones largas, expresándose con calma con el balón y trabajando con intensidad sin el mismo. Además, los blaugrana tampoco han dejado de atacar y a pesar de que no lo han hecho con tanta frecuencia, los culés han seguido mirando a portería rival.

Por lo que respecta a lo que restaba de partido, el Barça no ha sufrido en exceso, más allá de una jugada en la que Busquets ha perdido el balón de manera inexplicable y ha obligado a Ter Stegen a intervenir con un auténtico paradón. Más allá de esta jugada, poco más a destacar, el Barça se ha dedicado a ralentizar el encuentro con el balón y a pesar de que el Dinamo ha tenido más transiciones, los visitantes no han sufrido excesivamente para llevarse los tres puntos, más necesarios que nunca, a casa.