Empezaba la jornada número 32 para el FC Barcelona con un ambiente enrarecido. Algunas declaraciones de Quique Setién respecto a la participación de los jóvenes en el equipo hacían pensar que alinearía jugadores más experimentados, pero la sorpresa fue la titularidad tanto de Ansu Fati como de Riqui Puig. Los dos jugadores del filial, que revolucionaron al equipo en el pasado encuentro ante el Athletic de Bilbao, formaban en el 11 inicial.

La noticia en la defensa era la suplencia de Clément Lenglet para dar paso a Samuel Umtiti, una decisión cuestionada dado el bajo rendimiento del segundo. En el centro del campo, con las ausencias de Busi y Frankie De Jong, el puesto de pivote sería para Ivan Rakitic, mientras que la creación recaía casi al completo sobre el joven Riqui Puig.

La primera gran ocasión para el Barça llegó en el minuto 5 tras un córner, algo poco habitual en los “blaugrana”. Un magnífico remate de Gerard Piqué se estrellaba en el travesaño, cosa que ratificaba el dominio del Barça en los primeros minutos. Con el dinamismo e hiperactividad de Riqui y Ansu, que favorecieron al juego de toque del Barça, llegaba el cuarto de hora de partido. Previamente, el primer amonestado del partido era Jordi Alba tras soltar el brazo en un salto hacia un balón aéreo.

Con un 75% de posesión, el Barça asediaba al Celta, y los pases de Leo Messi a la espalda de la defensa amenazaban constantemente la defensa viguesa, aprovechando la gran movilidad tanto de Ansu Fati y Jordi Alba en la izquierda como de Nelson Semedo en la derecha. Con esa tesitura llega el minuto 19, en el que Arturo Vidal recibe un balón de espaldas para ser pisado por detrás por un defensa rival. Con un jugador rival al lado de cada poste, Messi decidió colgar un balón perfecto para el remate de Luis Suárez, que a escasos 3 metros de la portería remataba a placer para poner el 0-1.

Tan solo 5 minutos después, el Celta reaccionaba, y Ter Stegen estuvo para evitarlo. Un buen remate de Brais Méndez era mínimamente desviado por el alemán para enviarlo al palo, y en la continuación de la jugada volvía a intervenir para evitar un disparo lateral. A punto de llegar a la media hora de partido, el Barça volvía a controlar el encuentro después del arreón y, aunque la pausa de hidratación dio un respiro al Celta, el Barça siguió controlando el encuentro y creando peligro.

Alrededor del minuto 35, una jugada combinativa que evocó al mejor Barça terminó con un remate de Ansu Fati que Araujo envió a córner. El ritmo en el centro del campo de Riqui Puig, junto con la actividad de Vidal y Messi, dotaron al equipo de una velocidad en el juego que no venían demostrando en los últimos encuentros. Además, Rakitic estuvo excelente tanto en el terreno defensivo para anticipar las salidas rivales como en ataque en todas las facetas: sacó el balón de la presión con solvencia, eliminó enemigos con conducción y encontró pases cerca del área. Un centrocampista total que hacía mucho tiempo que no demostraba este nivel. Ahora mismo, la comparación con Busquets es obvia, y el croata sale airoso de ella.

En la segunda mitad, el Celta empezó más intenso e intentó robarle la pelota al Barça. Justo a raíz de esa subida de intensidad, especialmente en la presión, Rakitic se equivocó fatalmente al ejecutar un pase horizontal en el centro del campo. Umtiti salió de posición para cubrir a un contrario de espaldas, y su espacio lo aprovechó Okay Yokuslu para adentrarse en el área y ceder el balón a Smolov para que rematara a placer y pusiera el empate en el marcador.

El Celta celebra un gol ante la decepción de Leo Messi

Tras el empate, el Celta volvió a encerrarse atrás, y poco a poco el Barça empezaba a encontrar el toque de nuevo. El empuje de los catalanes se materializó en el minuto 67, cuando un robo de Messi tras una acción en el área viguesa terminaba con un giro de delantero puro de Luis Suárez para volver a adelantar al Barça y firmar el doblete. El partido se volvía a poner de cara para el Barcelona, que empezó a mover el banco inmediatamente con la entrada de Martin Braithwaite por Ansu Fati.

Ya restando un cuarto de hora para el final, Setién decidió sacrificar la ambición del control del partido para aguantar, y apunto estuvo de costarle el empate en el minuto 79 tras un magnífico taconazo de Aspas que permitió a Nolito rematar raso a la derecha de Ter Stegen. Por suerte, el alemán sacó una muy buena mano de nuevo e hizo recuperar el aliento a los culés. La segunda ventana de cambios permitió entrar en el terreno de juego a Júnior Firpo, que no había tenido protagonismo desde la vuelta de la competición, así como a Griezmann, que en el día de hoy partía desde el banco. Ninguno de los dos consiguió aportar nada significativo al encuentro, como tampoco lo hizo Arthur tras sustituir a Riqui Puig en el minuto 85.

Quien sí dejó para los libros su intervención en el encuentro fue Iago Aspas. En el minuto 87, cuando el Barça ya se veía con los 3 puntos en el bolsillo, Rafinha dejó el pie tras una entrada de Piqué para provocar un libre directo algo dudoso, pero que el de Moaña ajustó perfectamente al palo derecho de Marc-André Ter Stegen. Una rosca perfecta por el exterior de la barrera ante la que nada pudo hacer el guardameta. Con escasos minutos por disputar y el bigoleador Luis Suárez descansando ya, el equipo no pudo remediar el empate.

La igualada de hoy ante el Celta de Vigo complica todavía más si cabe la pelea por el título liguero, ya que el Real Madrid debería perder al menos un encuentro para que los de Setién tuviesen opciones de nuevo. Duro palo para el Barça, que tendrá una nueva prueba de fuego el próximo martes ante el Atlético de Madrid. Un nuevo pinchazo supondría el adiós definitivo a La Liga.