Este lunes Joan Laporta compareció con motivo del ‘Caso Negreira’. El presidente azulgrana ofreció la tan esperada rueda de prensa para explicar el porqué de los pagos del Barça a una empresa del entonces vicepresidente del Comité Técnico Arbitral, José María Enríquez Negreira, durante 18 años. En su exposición inicial, el máximo mandatario culé cargó duramente contra todas las personas e instituciones deportivas personadas en la causa judicial; en la cual el club catalán está acusado de cometer un delito corrupción deportiva. Laporta repartió para muchos, pero quién se llevó el premio gordo fue el Real Madrid, personado en el juicio como supuesta parte perjudicada. El presidente del Barça dijo del club blanco ser un equipo “favorecido históricamente” por las actuaciones arbitrales, añadiendo que “durante siete décadas la mayoría de los dirigentes del Comité Técnico de Árbitros han sido de forma ininterrumpida exsocios, exdirectivos o exjugadores del Real Madrid, un club que se ha considerado el equipo del régimen”. Definió el comportamiento del Madrid como un “ejercicio de cinismo sin precedentes”. Nunca un presidente del Barça había sido tan contundente refiriéndose al eterno rival.

Seguramente la campaña de linchamiento mediático que se sufre desde hace varias semanas, principalmente orquestada desde la capital, llevaron a Laporta a ser tan duro y directo. En todo caso, estas declaraciones suponen la ruptura definitiva de una relación institucional cercana de la mano de Florentino Pérez, socio principal en el proyecto de la Superliga. No es que sea un distanciamiento, sino el inicio de una nueva guerra entre los dos grandes del fútbol español, y en esta ocasión, el conflicto nace en el ámbito institucional.

Como era de esperar, el Real Madrid ha respondido a las acusaciones de Joan Laporta. La réplica madridista ha llegado a través de un vídeo en redes sociales con una duración de cerca de cinco minutos en el que empieza y acaba con la misma pregunta: “¿Cuál fue el equipo del régimen?”. En este sentido, el Real Madrid intenta demostrar que Francisco Franco fue quién ayudó al Barça durante su larga dictadura.

El club blanco, a partir de imágenes del archivo histórico del NO-DO, afirma que “el Camp Nou fue inaugurado por el ministro general de Franco, José Solís Ruiz”. Recuerda también que “el Barcelona otorgó la insignia de oro y brillantes a Franco”, “nombró socio de honor a Franco en 1965” y “condecoró en tres ocasiones” al dictador franquista.

https://twitter.com/realmadrid/status/1648062510199721990

Pero, no todo vale. Hay que tener muy poca vergüenza para llegar a plantear este debate, cuando la tradición cultural catalana y por consecuencia, de uno de sus mayores exponentes, fue destruida durante el franquismo. Al Futbol Club Barcelona le fusilaron a su presidente, Josep Sunyol, por ideologías contrarias al régimen; se le negó el fichaje de Alfredo Di Stéfano cuando ya se había pagado parte del traspaso por capricho y con el beneplácito del dictador; incluso se llegó a modificar el nombre del club, constituido en su fundación como ‘Futbol Club Barcelona’ pasó a llamarse ‘Club de Futbol Barcelona’, hasta retirando la bandera catalana del escudo.

 

El régimen de Franco mató a personas por su ideología política y cultural, destruyó todo símbolo identitario catalán e impuso las órdenes fascistas de España a través de la fuerza bruta. Hay que ser desconsiderado para hacer creer que el Barça era el “club del régimen” y afirmar que el declarado madridista, Francisco Franco, benefició al club catalán en sus actuaciones. Durante la dictadura el Barça fue un club secuestrado y en contra de su tradición. Solo ocho títulos ligueros durante el régimen; siete de ellos en las dos primeras décadas, hasta 1960, y únicamente una Liga más desde ese año hasta el final de la dictadura.

¿Qué me están contando de equipo del régimen? Afirmar esto es un insulto para cualquier barcelonista. Solo por dignidad, el Barça debería romper relaciones con el Real Madrid, que a su vez debería retirar este vídeo en el que manipula y tergiversa el relato histórico verdadero. El “Caso Negreira” ha provocado una campaña de difamación contraria al Barcelona jamás vista, con el objetivo de manchar la época más exitosa de la historia del club; acusado sin fundamentos de la compra de árbitros. Pero afirmar algo así va mucho más allá de lo deportivo, traspasa el desprecio a la institución a la masa barcelonista, sobre todo la catalana. Directamente, durante el régimen el Barça dejó de ser el Barça.