El Barça viajó a Sevilla para enfrentarse al Betis con la intención de llevarse los tres puntos y dejar atrás el mal trago de San Mamés en la Copa del Rey. Para ello, Setién decidió hacer algunos cambios en el once titular: Jordi Alba se quedó en el banquillo y su lugar lo ocupó Junior Firpo; la pareja de centrales titular esta vez estuvo compuesta por Umtiti y Lenglet, ya que Piqué estaba sancionado; en ataque, Ansu Fati no empezó desde el inicio y Sergi Roberto, a priori, empezó como extremo derecho.

El partido se puso cuesta arriba para los de Setién desde los primeros minutos, debido a una mano de Lenglet dentro del área que fue revisada por el VAR y finalmente el árbitro indicó la pena máxima. Sergio Canales fue el encargado de lanzar el penalti y de adelantar al Betis en el marcador. El Barça supo reaccionar al gol y apenas tres minutos después, De Jong empató el partido tras un desmarque de ruptura que Messi vio y asistió al holandés, que controló con el pecho y culminó la jugada mandando el balón al fondo de la portería.

El Barça empezó a sentirse cómodo sobre el verde y pudo dominar el encuentro durante algunos minutos, pero una pérdida de Arturo Vidal en la salida de balón condenó a los culés, ya que Fekir se favoreció del mal control del chileno y aprovechó la oportunidad para volver a adelantar al Betis. El francés fue uno de los rivales que más “guerra” dio a la zaga blaugrana, fue él mismo el que provocó las tres primeras tarjetas amarillas del partido.

Los béticos estuvieron a punto de irse al descanso por encima en el marcador y en la última jugada de la primera parte, Messi centró desde un costado y tras varios rechaces en el interior del área, Busquets se encontró el balón y empató el partido. De esta manera, ambos conjuntos se fueron a los vestuarios, para tratar de recibir instrucciones y afrontar la segunda parte.

Comenzó la segunda mitad y el Barça era consciente de que necesitaba llevarse los tres puntos. La primera ocasión salió de los pies de Messi, tras una jugada con Arturo Vidal, el argentino disparó desde la frontal del área pero detuvo el balón Joel Robles. Los movimientos de Griezmann sin balón estaban siendo fundamentales para abrir la defensa bética, aunque el francés apenas participó en las jugadas con balón.

En el minuto 61, llegó de nuevo otra ocasión para los de Setién. Sergi Roberto dejó pasar el balón dentro del área, Messi intentó recortar a Joel pero el guardameta estuvo mas listo que el astro argentino y mandó el balón a corner. Poco después, de nuevo Messi, intentó recrear el mismo gol que marcó en el Villamarín, picando el balón desde el borde del área, pero el argentino no estaba pasando por su mejor momento de cara a portería y el balón volvió a salir desviado.

Cuando más peligro estaba creando el Barça y peor estaba el Betis, en el minuto 72, Leo Messi centró el balón al área en una jugada a balón parado y Lenglet cabeceó para adelantar al Barça, por primera vez en el partido. Tras el gol, el ambiente del partido empezó a calentarse, tanto que dos jugadores se fueron del campo antes de tiempo. En el minuto 76, Nabil Fekir recibió dos tarjetas amarillas seguidas, una por una entrada a destiempo y la segunda por las protestas al árbitro. Minutos después, Lenglet fue expulsado por doble amarilla tras una falta, evitable, a Joaquín en el centro del campo. De esta manera, el Barça veía como se quedaba sin centrales para la siguiente jornada.

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El partido estuvo abierto hasta el final, el Betis apretó intentando encontrarse con el gol que les diera el empate y el Barça defendió el resultado. En el minuto 92 de encuentro, cuando quedaban apenas dos minutos para cumplir el tiempo de añadido, Messi fue agarrado por Bartra dentro del área pero el colegiado no vio contacto suficiente como para pitar penalti, lo que origino las protestas por parte del conjunto blaugrana.

El Barça se llevó del Villamarín tres puntos de oro, ya que fuera de casa era donde más dudas generaba el equipo.  Los de Setién cierran la jornada habiendo encajado 28 goles en 23 partidos, cifras que resumen la debilidad del Barça en estos momentos, la falta de solidez defensiva.