Nuevas caras para un nuevo Barça B que estrenaba la Primera RFEF con refuerzos venidos del primer equipo. Arnau Tenas y Balde, que hicieron la pretemporada bajo las órdenes de Ronald Koeman, serán indiscutibles en el filial a la espera de la llamada de los “mayores”. Estrenando el brazalete de capitán Arnau Comas, otra de las certezas del filial. En cambio, Guillem Jaime, Aranda y Jutglà debutaban en partido oficial con la blaugrana.
El Algeciras se presentó en el Johan con prácticamente una mayoría de aficionados en un estadio desangelado presa del verano. Con ellos, un bloque medio muy junto, intentando ahogar a los interiores a costa de conceder algo de espacio a la espalda de la zaga.
Y justo entrando por banda izquierda, aprovechando un espacio que generó Jutglà, se internó Aranda, uno de los debutantes, para llegar a línea de fondo y poner un centro atrás que Nils Mortimer esperaba hambriento en el otro palo para fusilar a Crespo. 10 minutos de partido y el talento del equipo de Barjuan ya les había permitido ponerse por delante en el marcador.
Se hizo notar también pronto en el partido Álvaro Sanz, reivindicándose en su posición natural, el centro del campo, tras una temporada de urgencia en el lateral derecho. Actuando como pivote en ausencia de Jandro Orellana, que terminó contrato, y Nico González, con el primer equipo, se ocupaba tanto de anular el juego visitante en la frontal del área como de construir el juego en la base.
El Algeciras seguía con su plan e intentaba hacer daño saliendo rápido tras recuperación, y lo consiguió en dos ocasiones casi consecutivas que la defensa del Barça no tuvo más remedio que parar con un agarrón en el caso de Aranda y con un salto ilegal en el caso de Balde que les valieron sendas tarjetas amarillas antes del minuto 20.
El Barça, fiel a su identidad, recuperaba rápido tras pérdida a partir de una buena presión liderada por Gerard Fernández “Peque” desde la punta del ataque. Por desgracia, en un esfuerzo, el delantero del filial notó algo en el femoral que le impidió continuar tras 25 minutos de partido. En su lugar entró Lucas de Vega, que empujó a Jutglà a la punta de ataque y a Aranda al (falso) extremo zurdo.
Poco a poco, tras el golpe moral de la lesión de Peque, el Algeciras encadenó varias acciones donde consiguió establecerse en campo contrario y generar peligro a través de saques de esquina, una de las debilidades del filial. Sin embargo, unos imperiales Comas y Jaime evitaron el peligro visitante y dieron salida con criterio para permitir al filial llegar con ventaja al descanso, a pesar de algunas imprecisiones en salida de Álvaro Sanz, que poco a poco empezaba a sentirse más presionado e incómodo en el pivote.
La segunda mitad empezaba con una tónica muy similar a la primera, con el Barça recuperando en presión arriba y un Algeciras arriesgando mucho en los pases para intentar generar situaciones de transición ofensiva. El B había recuperado la calma de la primera mitad, con Tenas y Comas trabajando con paciencia en la salida de balón.
No fue hasta la hora de partido que el cansancio rebajó la intensidad de la presión blaugrana y el Algeciras encontró algo más de balón y alguna posesión larga. Fruto de la relajación blaugrana llegó un balón a la espalda de la defensa para Álvaro Romero, que Arnau Comas no acertó a despejar, y cuando el “10” visitante encaraba a Arnau Tenas, el central lo arrolló al borde del área. Roja directa para el capitán y el brazalete para Tenas, que hizo gala de él yendo abajo a la falta rasa en un espejismo, uno más del arquero de la Masia, de Marc-André Ter Stegen.
Ramos Mingo y el lateral del juvenil Arnau Solà entraban acto seguido en sustitución de los dos protagonistas del gol local, Aranda y Nils, para apuntalar la defensa en la media hora restante de partido. El Algeciras subió una marcha para dominar el encuentro, y los papeles se invirtieron con un Barça más centrado en la transición rápida para sorprender con el segundo tanto.
Sin embargo, en la acción más inesperada, fruto del balón parado, llegó el tanto del empate. Un saque de esquina, donde la inferioridad numérica no es tan notoria, terminó con Tomás Sánchez cerrando un balón perfecto que nadie, ni Arnau Tenas, acertó a tocar antes de entrar en la portería. Un auténtico golazo, olímpico, el del empate del equipo visitante a menos de 20 minutos para el pitido final.
Debutaban en la Primera RFEF a menos de un cuarto de hora del pitido final Arnau Casas, central juvenil, y “Peke” Polo, en un intento final por conseguir la victoria a pesar de contar con un futbolista menos. El Algeciras seguía apretando en vista de la situación, recuperando el balón arriba y poniendo en problemas a los de Sergi Barjuan.
Tuvo una última el filial con una contra liderada por Lucas de Vega, pero ni Peke Polo ni Sanz acertaron a materializar la ocasión, y el pitido final llegó entre ocasiones visitantes, saques de esquina y un Tenas que se desgañitó para que sus compañeros sacaran el equipo hacia adelante. Punto muy sufrido que sabe a gloria para un Barça lastrado por la expulsión y falto de ideas en el centro del campo. Esto solo acaba de empezar.