A Ousmane Dembélé le quedan algo más de 3 meses de contrato en el Barça, en una temporada marcada por las polémicas de su no-renovación. Pese a su salida más que probable en verano y el debate de si debería ser condenado a la grada, el jugador francés ha conseguido sobreponerse a los sonoros pitos de la afición. Ahora mismo disfruta de su mejor momento desde que llegó a la Ciudad Condal, tanto a nivel futbolístico como de integración en el equipo, y las voces que insinúan un cambio de opinión sobre su futuro se están multiplicando. El club ya se plantó en la negociación, y decidió no presentarle más ofertas encima de la mesa.

Mientras la situación sigue incierta, Dembélé apunta a ser uno de los hombres protagonistas en El Clásico de esta noche. Se prevé que Xavi opte por su titularidad por encima de Adama Traoré para desestabilizar a la defensa blanca. El técnico nunca ha escondido su auténtica predilección por la versatilidad y la mordida del extremo, y será su arma elegida para ser lo más efectivos posibles en ataque y llevarse los 3 puntos de vuelta a Barcelona.

 

Adama controla un balón antes de ser cambiado por Xavi al descanso ante el Galatasaray. Fuente: Getty Images

Esta elección la ha determinado la excelsa actuación de Dembélé el jueves en el infierno turco. El francés dio una masterclass de táctica y visión de juego, dejando de lado su versión más inmadura e improvisadora y tomando las mejores decisiones en cada balón que tocaba. Puso la música, conectó a la perfección con sus compañeros de baile como lo pedía el encuentro, y se fue de Estambul dejando para el recuerdo la imagen de un cariñoso abrazo con Laporta en el entrenamiento que acrecienta aún más las dudas sobre su porvenir.

Dembélé supo leer el juego y dio todo un recital. Fuente: Getty Images

Ousmane ha jugado con la camiseta blaugrana dos partidos en el Bernabéu, y ha ganado ambos. Los dos encuentros fueron en marzo de 2019, de Liga y Copa, un mes glorioso para los culés en lo relativo a esta rivalidad histórica. Y el galo tiene ante sí una motivación especial, pues nunca en su carrera le ha marcado al Real Madrid en los ocho partidos en los que les ha enfrentado, ni vistiendo de blaugrana ni con el combinado del Borussia.

El de hoy es el escenario perfecto para que el Mosquito se vista de gala y salga a pegarle un picotazo a la clasificación liguera.