Las dudas siempre han rodeado al delantero del Barça Ousmane Dembélé. Son dudas lícitas, pues su historial de lesiones e indisciplina han marcado en gran medida su paso por el Barça. Pero lo cierto es que estas dudas se van disipando cada vez más, y el francés está demostrando el talento que lo trajo a Can Barça y por el cual se desembolsó una cantidad de dinero a todas luces indecente.

Dembélé (23) ha estrenado su cuarta temporada de azulgrana con unas sensaciones que nunca antes se habían visto: una forma física espléndida, una osadía que recuerda a su estelar paso por el Borussia Dortmund y un desparpajo que es aire fresco para un Barça entumecido. Esto se debe en gran parte a la intensidad física implantada por Ronald Koeman, pero también el jugador está creciendo en cuanto a actitud y mentalidad.

El equipo es simplemente otro cuando el “Dembo” está en el terreno de juego. El ataque gana amplitud, regate, desborde y talento, aspectos cuya ausencia ha lastrado mucho al equipo en este inicio de campaña. Dembélé es explosivo, desequilibrante y está encontrando un gran criterio a la hora de asociarse, una lacra que le fue impuesta hace tiempo y de la que no está siendo fácil librarse. Las bandas del Barça no piden nada más de lo que Ousmane puede ofrecer y está ofreciendo.

Dembélé celebra su gol ante la Juventus | Getty Images

Pero en una figura tan cuestionada como la del de Vernon, las sensaciones no son suficientes. Además de mejorar al equipo en el plano visual, también lo hace en el plano estadístico. Tras el gol que valió el empate ante el Eibar, Dembélé promedia un tanto cada 124 minutos. Solamente Ansu Fati (gol cada 119 minutos) tiene un mejor registro en esta estadística. Inmediatamente por detrás de él se encuentra, con un gol cada 157 minutos, Lionel Messi. Además, en Champions League sus registros son incluso más impactantes: suma 3 goles y 2 asistencias en tan solo 214 minutos.

Otro de los aspectos donde ha sido cuestionado es su desarrollo en el perfil izquierdo. Esta temporada ha dejado grandes encuentros partiendo desde la derecha, y de hecho todos los tantos que ha convertido han sido desde esa banda. Sin embargo, parece difícil ubicar cómodamente a Messi, a Dest y al propio Dembélé en el mismo perfil, así que el francés ha demostrado que también puede rendir bien a pierna cambiada (si es que tiene una natural). En el último partido ante el Ferencvaros encontró una gran química con Jordi Alba en la izquierda, algo que quiso reeditar ante el Cádiz.

La mala fortuna, y unas ligeras molestias que se agrandaron, provocaron que el “mosquito” no estuviese cómodo en ningún momento ante los andaluces, y tras el encuentro se desveló que sufría una elongación en el isquiotibial que lo mantendría alrededor de 3 semanas apartado del terreno de juego. Entretanto, el Barça ganó 3 partidos, empató 2 y perdió uno ante la Juventus, un balance bastante pobre para un equipo como el blaugrana.

Por el contrario, cuando Dembélé ha estado más de 20 minutos sobre el verde, el balance es algo más esperanzador: 7 victorias, 2 empates y 3 derrotas. Además, el Barça no ha perdido ningún encuentro en el que él haya anotado o asistido, con un récord de 4 victorias y el reciente empate ante el Eibar, en el cual demostró de nuevo confianza en su físico con grandes cambios de ritmo e incluso un centro de “rabona”.

Todo apunta a que Ousmane debe ser un hombre importante en este Barça de Ronald Koeman. El conjunto se ve muy beneficiado por su presencia y él está empezando a asumir los galones que le corresponden. Esperemos que su condición física no se malogre de nuevo y pueda dar al Barça las alegrías que prometió con su fichaje.

Dembélé ante el Eibar | Getty Images