El año no podría acabar de otra manera. El 2020 del FC Barcelona ha sido un auténtico desastre desde el principio, comenzando con el cambio de entrenador, y lo ha sido hasta el final, acabando con un empate ante el Eibar en el Camp Nou que aleja todavía más al conjunto de Ronald Koeman de poder competir esta edición de la Liga Santander. Atlético de Madrid y Real Madrid parecen rivales inalcanzables en la actualidad, y no por el momento de la temporada en el que se encuentran, sino por las malas sensaciones y la poca seguridad que lleva trasmitiendo el equipo durante meses.

En los prolegómenos del partido el principal protagonista ha sido Leo Messi, que por un cúmulo de viajes, molestias y descanso se ha ausentado de un encuentro donde sus compañeros no han hecho más que reseñar la importancia del 10. Griezmann ha sido el sustituto del argentino en el 3-4-2-1 (esquema con tres centrales y dos carrileros) que repetía Koeman tras el éxito del mismo durante el encuentro previo a las navidades ante el Valladolid. El francés ha sido intranscendente durante todo el partido cuando más se le demandaba, y el experimento táctico ha llegado a su fin al descanso, volviendo al famoso 4-2-3-1 del técnico neerlandés.

La primera parte ha sido lenta, plana, ramplona y llena de infortunios para el conjunto blaugrana, con Martin Braithwaite como gran protagonista. El danés primero ha fallado un penalti provocado por Araújo y señalado por el VAR, para minutos después ver como le anulaban un gol por fuera de juego que le hubiera hecho redimirse del fallo anterior. A parte de estas dos oportunidades claras que tuvo el Barça de adelantarse en el marcador, Pedri estaba siendo lo único destacable de un equipo que, como de costumbre, se volvía a ver sometido a un desgobierno en el centro del campo y que sufrió en la salida de balón por la presión trabajada del Eibar de Mendilibar.

Dembélé celebrando el gol del empate. Fuente: Getty

Koeman personificó su enfado en Sergiño Dest, que abandonó el terreno de juego en el descanso y dio entrada a Ousmane Dembélé, desorganizando la defensa que comenzó el encuentro. A los pocos minutos el francés tuvo una ocasión clara que no consiguió certificar tras una asistencia magnífica de Pedri, pero fue mejorando con el paso del tiempo. Pero el partido cambió en el 57’ cuando Araújo, acostumbrado a ser un central fiable y que no se había caracterizado por cometer fallos hasta la fecha, cometió uno flagrante que sirvió en bandeja el gol a Kike García y puso el partido cuesta arriba para el Barça.

El conjunto blaugrana no mejoró en exceso, pero 10 minutos después encontró el gol del empate tras una buena internada de Junior Firpo que mandó a la red Dembélé en una gran definición. Coutinho y Trincao salieron al verde en sustitución de Griezmann y Pjanic, pero tuvieron la misma poca repercusión en el juego. Los minutos iban pasando y el único que creaba verdadero peligro era el extremo francés, que finalmente solo fue capaz de rescatar un punto ante el Eibar. Riqui Puig entró en la recta final del encuentro, pero apenas pudo participar en los escasos cinco minutos que disputó el canterano.

Nuevo pinchazo del FC Barcelona que no hace más que alejarle de una lucha por la Liga que actualmente lidera el Atlético de Madrid con ocho puntos de ventaja y dos partidos menos respecto a los culés. Una situación que mantiene a los de Ronald Koeman sextos y fuera de los puestos de Champions League. En definitiva, un partido que ejemplifica el infierno que ha sido este 2020 para el Barça.