Iñaki Peña (9): el canterano se consagró en una de las noches más especiales e importantes para el equipo y para él. Con la ausencia de Ter Stegen, afrontaba uno de los retos más difíciles tras haber cumplido con creces en Europa, y no defraudó. Doble parada vital a Memphis tras un lanzamiento directo de falta, y un disparo a bocajarro por Ángel Correa en los instantes finales. El guardameta fue reconocido por sus compañeros y por la afición al término del encuentro, y espera poder tener más oportunidades.
Koundé (7’5): el francés volvía al lateral, donde manejó gran parte de los ataques por banda en los primeros compases de juego. Con buenos centros, salida de balón y seguridad en duelos individuales, tomó oxígeno tras unos partidos dejando serias dudas.
Araújo (9): timón, muro y orgullo. Volvió a lucir el brazalete de capitán y comandó al equipo desde atrás. Impecable en las correcciones, sacando balones en la línea e impidiendo revolverse a Morata y Griezmann. Un día más en la oficina para el mejor central del mundo.
Christensen (8): volvía a la titularidad de manera inesperada debido a unas molestias que sintió Íñigo Martínez en el calentamiento. Acompañando a Araújo, impecable en salida de balón, dividiendo y siendo el conductor de la línea defensiva y ofensiva. Un seguro de vida el danés.
Cancelo (7): menos participativo que en Champions, pero igual de omnipresente. El físico del portugués sigue permitiéndole abarcar todas las zonas del campo, defensivas y ofensivas, donde se le vio acompañando algo menos a su compatriota Félix.
Frenkie De Jong (8): el rompecabezas de cualquier rival. Da oxígeno, presta soluciones y generoso con el que quiere jugar al fútbol. Simplemente. Su presencia hace que el equipo juegue a otro ritmo, y ante un Atleti que exige tanto, ha sido clave.
Pedri (8’5): magia a raudales. Qué fácil es jugar con él. Lo hace sencillo y bonito a la vez. Ha mantenido el control del partido con sus dos mejores socios: Gundögan y Frenkie.
Gundögan (8’5): amante de las causas perdidas. Cogió la brújula y comandó al equipo hacia un rumbo claro. Organización y despliegue aniquiladores para el eje central de los colchoneros.
Raphinha (8): eléctrico comenzó el partido, fallando una ocasión clara y de la que después no se tuvo que lamentar. Aún así, siendo un apoyo constante, bajando a defender, impecable en la presión e intentándolo sin piedad. No estuvo afortunado de cara a portería, e incluso se llevó un palo tras un jugadón en la frontal.
Lewandowski (6): el más flojo de ataque. Muy impreciso en los metros finales, donde pudo sentenciar en más de una ocasión.
Joao Félix (9’5): sin duda el MVP del partido. ‘Extra motivado’ por el hecho de jugar frente a su ex equipo, y del que no guarda grandes recuerdos. Con el gol de la victoria, y con el trabajo correspondiente, el portugués se gana a la afición del Barça y tiene en su mente seguir por bastante tiempo más tras demostrar que a las órdenes de Xavi rinde más que a las órdenes del Cholo.
Ferran Torres (6): cumpliendo en su rol de ejecutar la presión, pero sin peligro alguno.
Lamine Yamal (6): poco pudo hacer el canterano más que controlar el partido cuando le llegaba el balón a los pies.
Fermín López (7’5): le bastaron algunos minutos del final para demostrar de qué pasta está hecho. Pura improvisación, pero de la que enamora. Regates en una baldosa y decisiones más que correctas para el final que se antojaba.
Xavi (8’5): planteó un partido ofensivo y valiente, precisamente lo que se le exige a este equipo. Mantuvo su idea durante todo el partido, y presentó una candidatura seria al que puede ser un punto de inflexión en la temporada.