Una de las pocas notas positivas del presente curso es la emergencia de jóvenes perlas azulgranas que se están reivindicando. La más mediática, sin duda, está siendo Gavi, internacional absoluto ya a sus 17 años. Sin embargo, no tan en el centro de los focos ha aparecido otro centrocampista de gran calidad y mucha juventud, que está siendo de lo mejor del Barça durante las últimas semanas: Nico González.

El que es hijo de la leyenda del Deportivo de la Coruña, Fran González, ha entrado de pleno en el once azulgrana debido a las numerosas lesiones en el centro del campo. Y no ha defraudado. Nico fue el mejor del partido en el choque frente al Rayo, y junto a Gavi, se puso el equipo a sus espaldas en el empate contra el Alavés.

Desde que jugaba en el filial, Nico ha demostrado mucha personalidad en su juego. Pausa, control y visión son las cualidades que le hacen tener ADN Barça. Pero es que además, durante este año ha demostrado también ser un jugador capaz de romper líneas gracias a su potencia y zancada – digna de Frenkie De Jong –, junto a la llegada al área en segunda línea.

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Nico González junto a Sergio Busquets. FUENTE: Mediotiempo

Sergio Busquets echaba de menos un jugador a su lado que le aportara equilibrio al equipo. En muchos tramos de los partidos, el centro del campo se acaba rompiendo, mientras que el de Badía se queda solo, sin ayudas en salida de balón o en contraataques. Esta falta de balance se ha suplido a la perfección con Nico González, que libera a Busquets de la primera presión, y le da aire para transportar la pelota de la defensa al ataque.

Ahora, en uno de los tramos clave de la temporada, el Barça recupera a buena parte de los jugadores lesionados. La duda está en si tendrán minutos de inicio, o si Sergi Barjuan – y el próximo entrenador que venga – seguirán dando confianza a los jóvenes que están en un gran estado de forma. Veremos también como avanza la evolución de Nico: si sigue jugando de interior, donde ha demostrado un gran recorrido; o si vuelve a tener oportunidades como pivote, su teórica posición natural.