El pasado martes 26 de abril, el FC Barcelona anunció la renovación del central Ronald Araujo hasta junio de 2026. La noticia colmó de alegría a los culés, ansiosos de que el club atara a uno de sus referentes en defensa con tan solo 23 años. Tres días más tarde, el club celebraba el acto de renovación junto al charrúa en el Camp Nou. El zaguero ya respiraba aliviado y se emocionaba en su enésima declaración de amor hacia el club azulgrana: “Es una felicidad enorme estar en el mejor club del mundo”, afirmaba Araujo tras renovar sus votos con el Barça.

A pesar de que solo acumula dos temporadas en Can Barça, Araujo lleva 78 partidos con el primer equipo. El central uruguayo es uno de los futbolistas más queridos por la afición barcelonista. Y es que Ronald ha tirado del carro en numerosas ocasiones cuando el equipo más necesitaba a un jugador con carácter sobre el campo. Con margen de mejora todavía a sus 23 años, Araujo se ha erigido en un futbolista imprescindible en el once titular de Xavi Hernández. De hecho, el club quiere conservar a su baluarte defensivo a toda costa y lo ha blindado con una cláusula de 1000 millones de euros.

El inicio de un romance perpetuo

El éxito a corto plazo de la contratación de Ronald Araujo demuestra, una vez más, la necesidad de tener una buena dirección deportiva. Ramón Planes, por aquel entonces secretario técnico azulgrana, puso el ojo en el central charrúa, de 19 años, y con apenas 31 partidos a sus espaldas en el Boston River uruguayo. Dicho y hecho, el club confió en el ojo de Planes, también responsable del aterrizaje de Pedri en el Camp Nou, y adquirió los derechos del central por 1,7 millones de euros. Con variables, el fichaje ascendía hasta los 5 millones. Así, en verano de 2018 Araujo daba el salto a Europa de la mano del FC Barcelona para incorporarse al filial.

En su primer año vestido de azulgrana, el zaguero disputó 22 partidos en la extinta Segunda B y bajo las órdenes de García Pimienta. Sin hacer mucho ruido, Araujo había anotado tres goles en su año novicio en el Viejo Continente

Una expulsión anecdótica

En su segunda campaña curtiéndose con el Barça B, la 2019/20, Araujo volvió a sumar 20 partidos en Segunda B. Sin embargo, el central oriundo de Rivera ya hizo acto de presencia en el primer equipo. Ernesto Valverde, que agotaba sus últimos meses al frente de la nave azulgrana, hizo debutar al defensor durante un partido de LaLiga ante el Sevilla. Pocos recordarán aquel 6 de octubre de 2019, pero Araujo tuvo un debut un tanto desafortunado con el primer equipo del FC Barcelona. El uruguayo sustituyó a Jean-Clair Todibo en el minuto 73 y con un 3 a 0 a favor. No obstante, 14 minutos más tarde, el árbitro le enseñó la tarjeta roja directa por un agarrón a Chicharito cuando el mexicano se dirigía hacia el área sin oposición.

Aquel fue tan solo un principio anecdótico de un romance que todavía ha de perdurar muchos años. Al menos, hasta 2026. Araujo participó en seis encuentros con el primer equipo azulgrana en la temporada interrumpida por la pandemia del Coronavirus. Y también presenció una de las noches más negras de la historia reciente del Barça. Araujo vio desde la grada, impotente, el 2 a 8 recibido a manos del Bayern de Múnich. Los bávaros se proclamaron campeones de la Champions League autoritariamente en una fase final exprés disputada en Portugal. La rabia que sintió el central desde fuera del campo fue una de las imágenes del partido.

Ronald Araujo marcó su primer gol como azulgrana frente al Valencia la temporada 2020/21 | Getty Images

Pero a la tercera fue la vencida. El barcelonismo se encandiló de Araujo en su tercera temporada, la 2020/21, cuando Koeman rescató al charrúa para la causa. La plaga de lesiones en defensa propició las participaciones habituales en el primer equipo del propio Araujo y de Oscar Mingueza. Dos goles y en una asistencia integraron la carta de presentación del uruguayo como jugador con rol de titular en Can Barça. Nadie tenía dudas. Araujo debía tener un lugar fijo en la zaga azulgrana al lado de Piqué, dado el bajón de rendimiento de Lenglet. La garra y las extraordinarias cualidades físicas del charrúa lo acreditaron como uno de los líderes del equipo.

Y el resto es historia. En su cuarta temporada como azulgrana, Araujo es indiscutible para el presente y el futuro del club, con 39 partidos disputados y cuatro goles anotados. El central ha dejado momentos icónicos como aquel empate a uno frente al Granada. El uruguayo creyó más que nadie en la remontada y puso el empate por medio de un cabezazo en el minuto 89. Ya en el descuento, y con 90 minutos de fútbol en sus piernas, Araujo protagonizó una cabalgada por la banda que hubiera firmado el mismo Dembélé. Tras la renovación, se terminaron las preocupaciones, tenemos central para años.