Propulsado, viento en popa y a toda vela, por los últimos resultados desde el punto de inflexión contra el Real Madrid -en un Clásico en el que nadie daba un duro por la victoria blaugrana -el Barça se veía las caras con el Olympiacos griego ante un Palau hasta la mismísima bandera. Con una de las mejores entradas de la temporada pese a ser una noche entre semana, los aficionados mostraban su agradecimiento y apoyo a los jugadores por haber conseguido resarcirse del infierno en el que parecía estar sumido el equipo justo antes de acabarse 2023. Y los de Grimau respondieron con lo propio: una victoria.

Pero con 2024 y año nuevo, llegaba un conjunto culé nuevo, y lo volvía a demostrar este miércoles contra otro de los gigantes de la Euroliga. Grimau, con las bajas de Abrines, Laprovittola, Nnaji y Caicedo, pero que recuperaba a Vesely para esta gran ocasión -o más bien esta nueva prueba de fuerza: tumbar al sexto en la tabla. Y poco pudo hacer el cuadro visitante al comenzar el primer cuarto, con Parker y Jan abriendo el marcador con bengalas para los locales, clamando que ya estaban aquí, que lo de estos días no estaba siendo un espejismo. Y el pabellón, caldeado desde el inicio por unos Dracs sabedores de la amplia ocupación de la grada visitante y lo alborotadores que pueden llegar a ser los griegos.

Vesely se ha colgado los galones tras la marcha de Mirotic. Fuente: @FCBbasket

Los aficionados reiteraron desde el salto inicial su enamoramiento por Jabari, muy potenciado tras el ‘show’ ofrecido en la grada después de vencerle al eterno rival. Y los dos niños favoritos del Palau, checo y americano -con permiso de Parra esta semana-, riéndose de sus buenas sensaciones sobre el parqué con un 21-12 luciendo en el marcador sobre sus cabezas.

Pedía tiempo muerto Grimau cuando estaba casi consumido el primer cuarto tras un muy buen parcial de Olympiacos, que daba un puñetazo sobre la mesa y se ponía a ‘solo’ tres puntos de los blaugranas. El técnico buscaba transmitir a sus jugadores la intensidad del inicio, casi consumido el primer cuarto, y sus pupilos acabaron haciendo los deberes para culminar unos diez primeros minutos muy corales: 27-20.

Los griegos fueron viendo proliferar sus puntos, comenzando a encontrarse mucho más en las conexiones y atreviéndose desde la línea de tres. Mientras, en el lado blaugrana, Grimau optaba por tener a sus dos bases Sato y Rokas sobre la pista y metía a un Parra ‘on fire’ los últimos encuentros, buscando desatar de nuevo la ‘tetemanía’. Lo que se vio en el segundo cuarto, sin embargo, fue una mayor igualdad en el juego que se reflejaba también en el reparto de puntos sobre el marcador. Al filo del descanso Olympiacos conseguía poner el empate a 40, con un solo minuto para marcharse a vestuarios. Ese preciso minuto, que bien podría haber sido un punto de inflexión negativa en el devenir del partido para el Barça, lo solventaba precisamente Joel Parra con un triplazo para firmar un respiro de 44-41.

Brizuela celebra su triplazo. Fuente: @FCBbasket

Porque este Barça renacido, este Barça de 2024, no podía permitir que los griegos remontasen un partido que el conjunto culé había comenzado con una superioridad cuasi perfecta. Una canasta de Jabari y un ‘triplazo’ de la Mamba vasca desde su casa en Donosti, ambos nada más comenzar el tercer cuarto, avisaban de las intenciones de los blaugranas para lo que restaba de choque. Vesely y Parker recuperaron la ‘sonrisita’ del que se sabe con confianza, y los triples de Willy -gran partido del madrileño- y Kalinic salían del obrador como roscones el 5 de enero. 75-63 para afrontar el último cuarto con todo de cara y disfrutar de las posibilidades que ofrecen unos jugadores que cada día muestran entenderse mejor.

El Olympiacos volvió a despertar de otra siesta al comenzar el cuarto, con un parcial de 2-7 que cortó Grimau introduciendo a Vesely en pista. El checo se arremangó el mono de trabajo como el que se dispone a rematar una buena faena, en diez minutos agónicos con un guion que nadie hubiera predicho al finalizar el tercero. Un combinado letal entre aletargamiento de los blaugranas y dudosas decisiones arbitrales, que se ‘cargaban’ a Vesely, hicieron peligrar el final feliz más que nunca. Con menos de un minuto para el cierre, Kalinic dio la tranquilidad de de tres, Sato secundó y el Olympiacos levantó las manos. 86-78.