Si en la vida el ánimo se mide en vitaminas, en el fútbol se mide en goles. Todavía con resaca de Champions, el Barça recibió al Getafe en Montjuïc con la obligación de ganar para seguir en la pelea por el título de Liga. No solo lo consiguió, sino que firmó el mejor resultado en mucho tiempo.

Xavi presentó una alineación con novedades y el retorno de algunos jugadores que habían perdido la titularidad en las últimas semanas, como en el caso de Raphinha o Joao Félix.

Un Barcelona más vertical que de costumbre, sacó rédito de los espacios que dejó el Getafe a la espalda de sus defensas. Así llegó el primer gol, en un gran balón en largo de Kounde que Raphinha controló y, tras una buena conducción, mandó al fondo de la red de la portería de David Soria. Paso adelante del brasileño en su regreso al once, marcando y rozando la asistencia en un par de acciones. De hecho, el equipo perdonó varias situaciones claras de gol para ampliar el marcador más allá del 1-0 durante la primera parte.

El cuadro azulón no logró controlar las constantes embestidas locales. A pesar de apostar por un planteamiento valiente y en ningún caso defensivo, cada vez que el Barça superó la primera línea de presión, consiguió llegar a campo rival con peligro. Los de Bordalás gozaron de pocas ocasiones claras, pero en cualquier caso, siempre que conseguían penetrar en el área toparon con Pau Cubarsí. El joven central estuvo inmenso; hasta ahora lo habíamos elevado por su edad y contexto, pero hoy completó su primer gran partido en la élite. Ni un solo error y una buena colección de acciones defensivas de mucho nivel.

El equipo celebrando el cuarto gol del partido (Fermín López) | Getty Images

Un equipo que, hoy sí, tuvo pegada. La segunda parte nos trajo el mejor fútbol que se ha visto en Montjuïc en los últimos meses. Los locales frenaron el intento de reacción visitante y consiguieron marcar el 2-0 mediante Joao Félix. El portugués también se reivindicó, aunque gran parte de su tanto se la debe a Christensen. El danés brilló como pivote, en un sin fin de recuperar balones, ganar duelos y culminó su gran partido con una buena asistencia. El segundo gol terminó por impulsar a los de Xavi, que con confianza, no desaprovecharon la oportunidad de ampliar el marcador. Entrados ya en el tramo final del partido, Frenkie De Jong se reencontró con el gol tras otra buena acción de Raphinha.

No importó la lluvia, el Lluís Companys vibró y festejó el buen juego de su equipo. Fermín puso la guinda con un cuarto gol, aprovechando el rechace tras un remate de Lewandowski, que en el partido con más goles, sorprendentemente no mojó. Una goleada que debe servir para ganar confianza de cara al tramo decisivo de temporada.