Definitivamente este no está siendo el comienzo soñado por el Fútbol Club Barcelona, que de nuevo ha sufrido otro tropiezo en estas primeras jornadas, esta vez frente al Osasuna. El equipo azulgrana firmó una primera parte terrorífica, en la que no fue capaz de realizar ningún disparo a portería. Además, desde el minuto seis estuvo por debajo en el marcador tras una pérdida de balón de Jordi Alba en el centro del campo, que terminaba con Lenglet como lateral y Semedo como central, hecho que aprovechó Brandon para ganarle la batalla al francés y centrar el balón a Roberto Torres, que finalmente adelantaba al Osasuna.
Los primeros cuarenta y cinco minutos no dejaron ver ninguna intención clara del equipo, ni siquiera obtuvo la posesión del balón a la que nos tiene acostumbrados. La delantera culé apenas encauzaba alguna jugada, especialmente Griezmann, que estuvo desaparecido absolutamente todo el partido. Carles Pérez fue uno de los mejores en la primera parte, intentando realizar algún pase entre líneas y cambiar un poco el ritmo del juego, pero sin tener mucho éxito.
En vistas a la pésima imagen que estaba dando el equipo, Ernesto Valverde decidió apostar por Ansu Fati en la segunda parte, siendo el joven canterano el que cambiaría el partido tras anotar su primer gol por medio de un muy buen cabezazo gracias al centro de Carles Pérez. Ansu Fati, que la pasada semana disputaba sus primeros minutos en Liga, consiguió abrir el campo, generar más peligro y sobre todo, le aportó la garra y confianza que necesitaba el equipo.
Pero los aciertos de la segunda parte no se quedaron ahí; el técnico culé realizó un nuevo trueque en las filas del Barça, dando entrada al brasileño Arthur Melo, que no había aparecido en la competición hasta entonces. El cambio que experimentó el equipo desde que entró en el terreno de juego fue notorio, asumiendo el peso del partido y el control del juego.
Con Arthur, pudimos ver la tan ansiada sociedad a tres bandas con la que llevamos soñando desde el verano, encabezada por Busquets, Arthur y De Jong, apareciendo este último mucho más en la segunda mitad, venciendo su timidez al área pequeña. Con sus dos compañeros en el centro del campo, seria Arthur el que, aprovechando una nueva asistencia de Carles Pérez, con total tranquilidad controlase el balón y anotase el segundo tanto del Barcelona, poniendo al equipo por delante en el marcador.
Sin embargo, cuando el Barcelona tenía las riendas del partido y más cómodo se le veía, un error garrafal de Piqué le pone el empate en bandeja al Osasuna, que iguala el marcador con un disparo de Torres desde los once metros.
Pese a intentarlo en los últimos minutos e incluso desaprovechar Carles Pérez una clarísima ocasión al final de partido, el Barça no fue capaz de remontar de nuevo y tuvo que conformarse con el empate, lo que supone que tan solo haya conseguido cuatro de los nueve puntos posibles en estos tres partidos.
El próximo rival será el Valencia, uno de los equipos más complicados de la competición, pese a que tampoco ha comenzado con buen pie esta temporada. El Barcelona llegará al Camp Nou con la obligación de mostrar su mejor imagen y alzarse con la victoria si no quiere descolgarse de la lucha por el título.