Jornada 20 de ACB y el Barça volvía a su feudo casi tres semanas después con la obligación impepinable de conseguir la victoria. La amarga derrota en Milán y tener enfrente al colista, el Zunder Palencia, infringían una presión adicional sobre un partido a priori asequible.

Los de Grimau salieron con todo, sabedores de que no se podían permitir el lujo de una derrota ante su afición y recordando que sufrieron lo indecible durante su visita a Palencia en septiembre. Ganaron por un punto, la mínima, en la prórroga, a un Zunder último en la tabla que solo ostenta tres victorias esta temporada (Bilbao, Breogán y Girona).

Tras un breve despiste inicial en el que el marcador lucía 4-8 en los dos primeros minutos para el cuadro visitante, los blaugranas -con las únicas bajas de Abrines y Caicedo– respondieron vía juego exterior con Willy y Parra especialmente enchufados desde la línea de triple. Hernangómez, que sumó 9 puntos a su cuenta personal en el primer cuarto, puso por delante al Barça en el luminoso con un arranque muy anotador.

Grimau aprovechó los momentos de distancia en el marcador para las rotaciones. Fuente: @FCBbasket

Aunque los locales no estaban lúcidos al rebote, el poco acierto palentino facilitó la huida azulgrana. La magia de Jabari Parker, con un triple encestado en el primer balón que tocaba, hacía rugir a un Palau entregado ya a su hijo pródigo. Y un alley-oop ‘NBAesco’ de Nnaji, en el marco de muchas rotaciones programas de Grimau para el encuentro, cerraba el marcador en 29-16 al finalizarse el primer cuarto.

La relajación culé llegó pasados los primeros minutos del segundo cuarto. El Barça, que se había dado un festival de triples al reanudarse el juego de la mano de Jabari y Paulí, comenzó a acusar su pasividad defensiva al tiempo que el Zunder calentaba su puntería desde la zona de los tres puntos. Los palentinos, hasta el momento muy desacertados de cara al aro, consiguieron recortar a 6 puntos -había llegado a estar en 14- la diferencia ante la exasperación de Grimau. El técnico pidió tiempo muerto para poner una tirita al escenario sanguinolento, y Satoransky y Kalinic lideraron la reacción para marcharse al descanso con un marcador algo más holgado (52-43).

Kalinic fue el alma del equipo. Fuente: @FCBbasket

Willy inauguraba el tercer cuarto volviendo a la cancha como la había abandonado en el primero, anotando. El quinteto elegido por Grimau (acompañaban Parra, Brizuela, Satoransky y Jabari) amplió la superioridad blaugrana de nuevo a más de 10 puntos. Pero según avanzó el cuarto se conjuró la misma fórmula que en el previo: poco acierto blaugrana de cara al aro, en contraste con un Zunder alentado por su par de centenas de aficionados desplazados a la Capital Condal, se pusieron a golpe de triple a cinco puntos en el luminoso -la menor distancia desde que el Barça se puso por delante en el primer cuarto. Consiguieron recortar tras el tiempo muerto de Grimau la distancia a dos puntos, ante la euforia palentina y el consecuente nerviosismo del Palau.

Lapro salió al rescate con un triple para tratar de desmoralizar al Zunder al comenzar el último cuarto. Los blaugranas consiguieron huir hasta mantener una constante distancia de seguridad de cara al cierre del encuentro, en medio de un intercambio constante de puntos. El Barça, que continuaba descosido en defensa, sudó hasta el final solo aupado por un anotador Da Silva que consiguió poner los puntos sobre las íes en la canasta contraria. Con menos de cinco minutos para el final y el Palencia a un punto, los visitantes corearon ¡SÍ SE PUEDE! mientras Kalinic insuflaba algo de oxígeno a la afición local vía tres puntos. El espíritu del serbio y Nnaji, unido a un Palau que un día más llevaba a su equipo en volandas y a Parker con su magia desde el triple, se colgaron finalmente la sufrida victoria (102-94).