Un mes después, los de Xavi volvieron a disputar un encuentro en casa. Sin embargo, de aquel entonces, ante el Almería, la situación es muy diferente. Con dos títulos perdidos en cuestión de diez días, la dolorosa eliminación de Copa ha obligado a afrontar una realidad dura y peligrosa. Los títulos en ‘Can Barça’ parecen, cada vez más lejos, una utopía. Volvieron a repetirse circunstancias que no mejoran los errores de otros partidos, una primera parte para el olvido y jugadores que siguen sin demostrar contundencia alguna cuando el rival llega al área.

La misma película de siempre

El Villarreal propuso desde el primer minuto con un par de jugadas por derecha para avisar al desordenado Barcelona. Gerard Moreno silenció el Estadi Olímpic Lluís Companys con un gol que no subió al marcador por fuera de juego, aunque se guardó opción a réplica. Mientras tanto, tiró Lamine Yamal de orgullo para generar peligro junto a un Joao Félix que se inventó un disparo con la zurda para hacer trabajar a Jorgensen. Sin embargo, se repitió el guion de otros encuentros. Desajustes en defensa y superioridad en duelos y espacios. Sorloth estuvo más atento que Oriol Romeu y le puso un centro a Gerard Moreno que este aprovechó para batir a Iñaki Peña. Christensen, también superado, no puso remedio para evitar el remate del delantero ‘groguet’.

Ferran alentando a la afición azulgrana | Getty Images

La ley del ‘ex’ y el efecto Ferran

Teniendo en cuenta la falta de control del partido, Xavi optó por realizar un triple cambio y darle una nueva oportunidad al joven Cubarsí, junto con Pedri y Cancelo. El lateral portugués, sin embargo, no volvió de la mejor manera. Ilias Akhomach, extremo que debutó con el primer equipo la temporada que llega Xavi, le robó la cartera a Cancelo, sorteó a Peña y puso un 0-2 que sentó como un jarro de agua fría.

Si Valdano dice que el fútbol es un estado de ánimo, Ferran Torres lo confirmó con su entrada. Incisivo desde que pisó el césped, fue partícipe en el 1-2. Un Gündogan más bien apagado, se topó con el esférico en la frontal y recortó distancias. Alzó seguidamente los brazos Pedri para hacer de Montjuïc una caldera y con el empuje de la afición llegó la igualada. Pedri aprovechó un rechace dentro del área y desató la locura. Cuando nada parecía imposible Gündogan puso un centro que acabó en el gol de la ventaja que se marcó en propia Bailly.

El final era idílico, con una remontada a contra corriente comandada por el jugador doce, la afición. Pero Guedes devolvió a los azulgrana a su realidad y firmó un gol que sería casi definitivo. Ya en tiempo de descuento Munuera Montero señaló un penalti que acabó por no conceder tras la revisión del VAR. La polémica arbitral en una semana tan controvertida con los audios no cesa, pero el ansiado ‘punto de inflexión’ tampoco llega. Cuando ya empezaban a irse los primeros aficionados del estadio, Sorloth y Morales acabaron de sentenciar, con dos goles, el festival que se montó el conjunto ‘groguet’ en Montjuïc.