El Barça llegó este viernes al Palau buscando regalar a los aficionados la quinta victoria consecutiva en su feudo, traduciéndose también en un pleno en lo que va de 2024. Enfrente de los blaugranas se situaba un Zalgiris con el que ya había visto las caras hace tres semanas en Lituania, sacando el Barça una victoria muy sufrida en plena debacle. Los dos equipos, clásicos del baloncesto europeo, se habían enfrentado la friolera de 37 veces con un balance impresionante a favor de los culés de 30 victorias, 38 y 31 con la de este viernes.

Los rivales, nada que ver con el Olympiacos del miércoles, parecía en principio una oveja que ocultaba un lobo debajo del disfraz: aparente inofensivos desde la decimoquinta plaza en la tabla de Euroliga, pero que desde la llegada de Trinchieri había cambiado la dinámica y venía de tumbar al Valencia en la Fonteta. El encuentro prometía intenso ya desde los prolegómanos, y al pitido inicial una canasta de Vesely y un triple de Satoransky consiguieron enmudecer a los lituanos. La afición visitante, muy muy extensa en el Palau, se había aventurado a pitar a los jugadores blaugranas durante su presentación, teniendo en cuenta que el equipo lituano no había recibido el mismo trato por parte de los catalanes.

Rokas firmó un buen partido ante sus compatriotas. Fuente: @FCBbasket

Brizuela tardó poco en unirse a la fiesta y sellar un primer parcial de 9-0, situación que hizo que el técnico italiano solicitase un tiempo muerto tempranero para tratar de cortar el vendaval culé.  Con la reanudación del partido llegó el intento de Golubickas de enderezar el arranque desde la línea de triple, sin acierto, y tanto Kalinic -pendiente de renovación- como Vesely agrandaban aún más la distancia en otros cuatro puntos, poniendo el 13-0 en los primeros cuatro minutos.

Si el ambiente en el pabellón el miércoles era atronador, durante la tarde de viernes los aficionados blaugranas consiguieron multiplicar los decibelios, alentados por la motivación extra del empuje lituano (al principio solo en las gradas, no en la pista) y el gran arranque de los suyos. Kaunas conseguía por fin abrir la lata a la par que Grimau introducía en el quinteto a Willy para dar respiro a un Vesely que se ha estado coronando durante esta temporada en el olimpo blaugrana.

Parker, ya muy consolidado en Barcelona. Fuente: @FCBbasket

Parecía que iba a mantener el nivel el Barça al comienzo del segundo cuarto, queriendo mejorar otro de los aspectos de los que llevaba pecando estos meses. Con un marcador de 28-15 a falta de seis minutos para el descanso, Rokas Jokubaitis dio el paso adelante contra sus paisanos -es de ley- y lideró, ebullicioso, al equipo tanto en lo anotador como lo ofensivo, gorrito incluido. Le siguieron malos minutos del Barça a partir de ese momento, al que las pérdidas defensivas y las faltas (Vesely se acabó sentando porque sumaba ya tres) ponían ‘solo’ seis puntos por delante. Entre otros factores, se evidenció que los azulgranas sufren mucho de la ausencia de Jabari y Vesely sobre el parqué, y Kaunas acabó poniendo las tablas en el marcador a falta de tres minutos para el descanso.

Una defensa deficiente al ‘pick and roll’ de Willy provocaba entonces los libres y que Zalgiris se pusiera por delante en el marcador de manera inédita, y única. Satoranskiy se apresuró a arreglar el desaguisado y, tras un triple fallido de los lituanos, Brizuela impuso su autoridad sacando un eufórico 2+1. Los visitantes contestaron y la ‘mamba vasca’ replicó de nuevo, secundada esta vez por una buena defensa de Hernangómez. Salvaba así los muebles el Barça con un triple de kalinic antes de marcharse a vestuarios, 44-37.

Poco le faltó a Darío para salir a hombros del Palau. Fuente: @FCBbasket

Grimau, sabedor de que no se le podía escapar el partido y habiendo atestiguado el panorama del segundo cuarto, puso toda la carne en el asador con Vesely y Jabari. Y el equipo respondió con creces: de nuevo casi diez puntos arriba al ecuador del tercer cuarto (54-45), y a partir de ahí la consagración más rotunda de Darío Brizuela vistiendo la ‘samarreta’ blaugrana: a golpe de triple, arrancadas relámpago y orgullo euskaldun.

El último cuarto, que arrancó con un cómodo 68-57, supuso poco más que la recogida de los frutos sembrados en aquellos primeros diez minutos. Porque en el fondo, los equipos sobre la pista eran los mismos que habían salido al inicio, en espíritu, dinámica y talento, y los blaugranas superaron el tambaleo del segundo cuarto para sellar con el mejor sabor de boca la quinta victoria seguida en el templo barcelonés (91-73). Ahora, cuatro difíciles salidas hasta recibir al colista (Palencia) el 28 de enero.