Frío, desconectado, sin ideas. Adjetivos que bien pueden describir el juego del Barça este domingo en el Estadi Olímpic, ante una entrada pobre de 38.000 aficionados y acusando sobremanera las bajas sufridas por los de Xavi. Enfrente, un Athletic Club siempre áspero y peleón que buscaba pescar los tres puntos sabiendo que el río estaba más revuelto que nunca. Aun así, el Barça es el Barça, especialista en sacar victorias por 1-0 superado el minuto 80 en encuentros con pinta fea y además, con goles para el recuerdo. Y si no, que se lo pregunten al Sevilla en el Camp Nou hace dos temporadas. Sangre y corazón blaugrana, el mirar de Xavi hacia el talento de casa para olvidar que tus galácticos se sientan en la grada.

Los leones daban el primer aviso en el minuto 2, cortado y enviado por Balde a la línea de fondo. Durante los primeros compases, el juego estuvo centrado exclusivamente en la mitad de campo de la portería de Ter Stegen, que tenía que realizar dos jugadas después su primera participación frenando un disparo suave y sencillo, aunque abanderando las intenciones de los -hoy- blancos.

Balde, puñal en ataque muy buscado ante el Athletic. Fuente: Getty Images

Los blaugranas seguían sin conseguir atravesar la línea central, demasiado dubitativos y sin lograr conectar entre líneas para mantener posesiones lo suficientemente largas. La primera jugada de ataque local llegó en el minuto 6, con Romeu repartiendo el esférico hacia la banda de Ferran, que cambiaba de lado para buscar a Balde y que colgase un centro. Unai Simón conseguía despejar un balón.

Tras el tímido acercamiento blaugrana, el Athletic siguió acechando la portería del alemán sobre todo a través de Nico Williams, que amenazaba con mordiente la estabilidad defensiva de Cancelo. El Olímpic no se puso en pie hasta que a Ferran se le ocurrió inventarse un control con el hombro, para regalársela a Joao Felix en la frontal del área y que el chute de este acabara en el travesaño. Sin duda, uno de los “highlights” de la primera parte y de las ocasiones más claras que el Barça disfrutó en el encuentro.

Ter Stegen tuvo un partido excepcional. Fuente: Getty Images

Los jugadores de Xavi tendieron a buscar mucho a Balde en ataque, dando preferencia a alcanzar al hispano-dominicano con pases largos y bascular el juego hacia la banda izquierda. Pese a la diligencia del “3” en buscar la portería de Unai Simón, el Barça acusaba mucho las ausencias de Pedri y Frenkie de Jong en la creación de juego, condenando a Gundogan a quedarse atrás con Romeu y sufriendo demasiada desconexión entre el bloque defensivo y el de ataque.

En esa línea, la poca precisión en el pase y el bajo porcentaje de acierto empujaban al Barça a realizar ataques muy aislados y dependientes de destellos individuales de los jugadores arriba. Los ataques de los vascos, también muy apresurados, se encontraban con un colosal Ter Stegen a un nivel disonante con el del resto del equipo.

Marc Guiu, héroe del día. Fuente: @FCBarcelona

Los blaugranas protestaron un par de posibles penaltis sobre Joao Felix mientras que el partido se enmarronaba al filo del descanso, y las patadas proliferaban por doquier por parte del equipo visitante. Los vascos recibían así la primera cartulina, mostrada Dani García por una falta especialmente dura y desde atrás sobre Romeu. El Athletic volvía a avisar antes de marcharse a vestuarios, con un doble disparo cocinado por los Williams -primero Iñaki y Nico al rechace- que conseguían sacar Ter Stegen y Christensen.

En la segunda parte llegaron los cambios de Xavi, y benditos cambios. Lamine Yamal ponía su magia especial en ataque por la banda derecha, haciendo temblar hasta a auténticos leones bilbaínos. Y finalmente Marc Guiu, chaval del Barça B -de 17 años y de Granollers- conseguía enviar por fin el balón al fondo de la red en el minuto 80 y hacer explosionar a todo el estadio. Pero los más contentos, sin duda, los propios compañeros y el cuerpo técnico, que observaba con orgullo el talento inagotable de la cantera y cómo el chaval había conseguido el debut soñado. Y la jugada, de la mano de un Joao Felix de menos a más y que se marchaba como MVP.

Escasos segundos para hacer historia. Ni un minuto tiempo necesitó un tal Marc, a partir de ahora conocido por todos los culés, para dejar un sello que vale mucho más que la victoria.