Deben de ser los 23 segundos más poderosos en mucho tiempo. Marc Guiu salió al rescate para hacer llegar el cometido que Xavi le había ordenado y consiguió lo impensable a sus 17 años. Le sacó una sonrisa a cualquiera. Apenas los narradores le daban la bienvenida, que él ya se había presentado ante Unai Simón. Sin hacer ruido y con la inocencia del ‘la que acabo de liar’ en esta noche ha conseguido algo más que un gol. Porque el mensaje más poderoso es el mismo bote salvavidas de los últimos tres años, La Masia. Aquel WhatsApp que archivaste o ni leíste por miedo, aun sabiendo que era importante. Aquel viejo diario perdido en el altillo que te desbloquea episodios que habías olvidado.

Alejandro Zambra rescata una reflexión muy pertinente en Literatura Infantil: “Olvidamos justo la parte de la infancia que luego observamos en nuestros hijos; son ellos quienes nos recuerdan que hemos olvidado”. Porque el Barcelona se había olvidado de sí mismo y los chavales han hecho recordar lo que era aquel equipo que maravillaba al mundo con gente de la cantera.

Fermín y Lamine Yamal felicitan a Marc Guiu || Foto de Pedro Salado, Getty Images

Tuvo el Barcelona que verse asfixiado económicamente para dejar el fast food de jugadores, a la postre, con menos sentido de competitividad que los de casa. Recuperar esa conciencia ha despertado algo muy poderoso y se alcanza a ver ya unos cuantos brotes verdes. “La mirada no es de susto, es de ponme ya míster que estoy preparado”, explicaba su entrenador al finalizar el partido. Con Guiu ya son trece los canteranos que han debutado a las órdenes de Xavi Hernández.

“El recuerdo se organiza no desde el pasado ni desde el presente, sino desde el porvenir. Lo que uno llega a ser no es el resultado, sino, por el contrario, la causa del recuerdo”. Néstor Braunstein también sabe que el futuro que le augura a los azulgrana pinta bien; y Marc Guiu, sabedor de que ese recuerdo no se lo quita nadie, afronta con una sonrisa en la cara lo que le pueda deparar.