Pep Guardiola volvía a casa. Eran las semifinales de Champions de 2015, y el Barça de Luis Enrique, que llevaba una racha imparable, iba camino del segundo triplete de la historia del club. En el ataque, la poderosa ‘MSN’ que arrasaba con todos los rivales, aunque al otro lado tendrían un hueso duro de roer.

Un Camp Nou repleto recibía al conjunto alemán, que hasta ese tramo de la competición era una auténtica apisonadora. Durante más de 70 minutos, ambos equipos lucharon por la posesión del balón, pero apenas creaban peligro. Messi, que durante todo el partido había estado enchufado, se guardaba un recital de época muy característico de él en los instantes finales. Con un doblete extraordinario sucumbió a los de Guardiola, pero un gol de ellos quedó para los restos en la retina de los amantes del fútbol. Boateng sería la víctima de cientos de ‘memes’ al ser noqueado por el argentino en su propia área, con un amague tremendo que le dejaría por los suelos. El diez del Barça, con una calma sensacional, batió a Neuer picándola por alto con la derecha, su pierna menos buena.
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Los amantes de este deporte siempre recordarán la jugada, porque además de estética, fue un acto más de demostración de lo que podía inventar Leo Messi sobre un terreno de juego, humillando sin querer a sus propios rivales.
