El de Xavi es el conjunto que más ocasiones de goles perdona de la cinco grandes ligas de Europa, 44 en total. Según el portal SofaSocre, el actual campeón solo convierte el 31% de las acciones de peligro que genera. Si bien es cierto que no se puede hacer un análisis únicamente en cuanto a datos, sí nos sirven para complementarlo. En este caso, el fundamento es demoledor e ilustra el gran problema del Barça esta temporada: La efectividad.

El Barça perdió en Mestalla la oportunidad de reaccionar tras la derrota ante el Girona y la más que decepcionante visita al Amberes. Xavi salió con el once de gala para enfrentar a un Valencia de media tabla. Iñaki Peña; Cancelo, Araujo, Kounde, Balde; Frenkie De Jong, Gündogan, Pedri; Raphinha, Lewandowski y Joao Félix.

Los locales entró con más intensidad al partido (qué sorpresa) y obligó a la estirada de Iñaki Peña al poco de empezar. Un saque de banda mal defendido que a punto estuvo de condenar a los visitantes poco menos de un minuto después del pitido inicial. Salvo el susto inicial, los de Xavi fueron tomando el control del partido. Pedri y Frenkie marcaban el tempo en la medular, mientras Gündogan asumió un papel más ofensivo que otros días. El alemán jugó muy cerca del área rival, incluso llegando a tener zona de disparo en área pequeña. Pero, ni él, ni nadie, anduvo lo suficientemente acertado de cara a puerta para adelantarse en la primera parte.

No se salva ninguno de los delanteros. Ni Joao Félix, que terminó marcando en una acción donde solo la tuvo que empujar; ni Raphinha, que a pesar de vaciarse en el campo no marca las diferencias que debe marcar el extremo titular del Barça; ni, por supuesto, Lewandowski. En el polaco hay que detenerse. Hace unas semanas achacó sus bajas cifras al hecho de recibir pocos balones en zona de finalización, pues Robert, siento decirte que esta excusa, ya no sirve. En la línea de lo que fue su actuación en Bélgica, al delantero estrella del equipo le faltó olfato, agresividad y definición. Ni siquiera en una volea muy bien ejecutada que parecía que podía poner fin al debate, pudo batir a Mamardashvili. Porque sí, existe debate; de lo poco que se le puede recriminar a Xavi fue no dar entrada a Marc Guiu viendo su pobre rendimiento. Se les debe exigir a ellos tres y también a Ferran, un nivel mucho más determinante.

El adelantarse en el marcador no fue garantía de nada. Joao Félix consiguió el 0-1 tras una gran pared entre Raphinha y Frenkie, con mención especial al pase picado del neerlandés. Pero, no sirvió de nada. El Barça pudo ampliar el marcador, pero, volvió a desaprovechar una tras otra ocasión de gol. En cambio, el Valencia logró el empate en la única acción de peligro que tuvo en todo el segundo tiempo. Después de un centro tebio y bombeado, Hugo Guillamón batió a Iñaki con un derechazo a la escuadra. Una jugada, pero, que sin restar mérito al gran golpeo del que fue internacional español, quedó marcada por la pasividad defensiva de los jugadores del Barça. Hasta cuatro jugadores de amarillo rodeaban al centrocampista che y ninguno mostró intención alguna de querer quitarle el balón. Un nivel de intensidad inaceptable en un equipo que aspira a ganar LaLiga.

Con el 1-1, más ocasiones. Una clarísima de Ferran, que remató solo en el área pequeña contra el portero; un mano a mano que Raphinha desaprovechó; y hasta un chut de Araujo que se marchó cerca del palo. No hubo manera y el Barça se tuvo que conformar con un empate insuficiente que le aleja más de los puestos delanteros del campeonato. No fue la noche para estar más disgustado con la imagen del equipo y la actitud de los futbolistas, pero, seguro que la parroquia culé se quedó con la sensación de haber tirado dos puntos en un partido que bien podrías haber ganado, incluso, por goleada.