La defensa menos goleada de Europa suena a película de terror a la altura de pocos. Xavi Hernández tampoco tenía las mismas certezas a inicios de temporada, cuando el equipo pasaba por el fango y cayó condenado de nuevo a la Europa League. El caviar europeo bajó las pretensiones para entender que había que seguir comiendo “muchos bocadillos de mortadela” para poderlo volver a degustar. Con el rendimiento actual de la zaga azulgrana, surge la duda de si hubiera pasado lo mismo hace unos meses.

El equipo de la ciudad condal tiene otra cara desde que ha vuelto su armazón al completo a patrullar. Los cinco fantásticos cobran sentido con Ter Stegen haciendo uso de sus puños de Mazinger Z. Koundé y Araujo tienen tanto oficio que se las apañan como sea para servir a domicilio sus bocadillos de cemento. Christensen es ese regalo de Navidad que no esperabas agradecer tanto con el tiempo y Alejandro Balde, tan entregado como escurridizo, hace que las estrellas fugaces pasen lentas a su lado.

Araujo y Koundé ante el Atlético de Madrid. Foto de Ruben de la Fuente Perez/NurPhoto vía Getty Images
Foto: Ruben de la Fuente Perez/NurPhoto vía Getty Images

El mal de amores del Barcelona le hacía sufrir de su propia nostalgia. Había perdido ese gen competitivo y ganador que le permitiera alcanzar la excelencia que requiere Europa. Pero, sin duda, las flaquezas residían en recomponer una zaga de garantías. Y, para ello, le ha costado más de lo previsto.

Ronald Araujo se ha afianzado como baluarte sobre el que construir el futuro de la entidad, acompañado de uno de los fichajes estratégicos de la temporada: Jules Koundé. El francés rebosa personalidad con su contundencia, rapidez y posicionamiento sobre el terreno de juego. Su polivalencia ha permitido cubrir una de las demarcaciones más complicadas para el club, como es el carril derecho.

Andreas Christensen, como el alumno que llega nuevo a clase sin hacer ruido, ha pasado a ser un recurso valiosísimo para su entrenador. Sus expediciones para superar la primera línea suelen ir acompañadas de una gran visión de juego y, por ende, de pases que se traducen en jugadas de gol. Sin duda, el danés está causando sensaciones como uno de los mejores fichajes por su excelente rendimiento y coste cero.

Alejandro Balde no lo tenía nada fácil al empezar la temporada, con Jordi Alba y Marcos Alonso. Pero con el paso de las jornadas, ha ido cogiendo tanto peso como para haber disputado un Mundial a su temprana edad. Su devoción por seguir sumando minutos se percibe en cada partido que disputa.
Estos cuatro protagonistas encabezan la que parece una defensa tipo o ideal, sin dejar de lado alternativas como Jordi Alba, Marcos Alonso o Eric García.

Todos ellos se complementan con el compromiso de mantener la portería a cero y sumar una nueva victoria. Tienen la virtud de adelantar la línea defensiva y de corregir hacia atrás con esmero. Juventud, ambición por alzar títulos y, lo más importante, la seguridad y confianza que aportan. Tenerlos en una trinchera hace que olvides el peligro y la amenaza del enemigo.